Olazábal: “El espíritu de Medinah me ha empujado a impulsar mi carrera”

Atrás quedan los ecos y el clamor de miles de gargantas que durante una semana gritaron al unísono consignas patriotas. En la memoria queda la hazaña de un hombre, José María Olazábal, que puso nombre a una Copa, “El Milagro de Medinah”. El que fuera capitán del equipo europeo hace balance.

La Ryder Cup estuvo una semana de vacaciones en Medinah (Chicago), y retornó a Europa de la mano de uno de los mejores capitanes que ha tenido el equipo europeo, si no el mejor. Él marcó otro punto histórico en las 39 ediciones de este torneo que enfrenta a dos continentes, a dos formas de ver el golf. Estados Unidos y Europa.

Golf Circus: ¿Cómo definiría esa Ryder que ha sido histórica y que ya se conoce como “El Milagro de Medinah»?
José María Olazábal: Fue excepcional, maravillosa, extraordinaria… Poned los calificativos que queráis. Fue el mejor momento de mi vida.
Golf Circus: ¿Mejor que ganar un Masters de Augusta, en su caso dos?
José María Olazábal: Un Masters o un Grande es un torneo individual. Y es una sensación maravillosa, pero se vive distinto. Ya sabéis lo especial que es para mí la Ryder. En una Ryder Cup se vive en equipo, se sufre en equipo, se lucha en equipo y esta vez se ganó en equipo. Las vivencias que me llevé esa semana me acompañarán toda la vida. Y me sirvieron para dar un impulso a mi carrera. Ver jugar a esos muchachos, ¡me dio envidia! Y me hizo recordar la sensación al otro lado de las cuerdas.

Golf Circus: ¿Con qué momento del juego se queda? ¿Algún golpe especial?
José María Olazábal: Fueron tantos… pero quizá el último hoyo de Poulter en la jornada del sábado, que dio el segundo punto de los Fourballs a Europa, nos dio vida para seguir en el torneo. El 10-6 aún era asumible.
Golf Circus:Y de pronto… Volvió a aparecer el Sergio García que tanto nos enamora.
José María Olazábal: No cabe duda de que Sergio García fue un jugador clave para el equipo. Su dedicación, su esfuerzo, su implicación y cómo echó el resto en su partido contra Furyk, remontando en los dos últimos hoyos para ganar un punto vital, fue una machada. Y su labor menos conocida en el vestuario, animando a sus compañeros…. Nos mandó un mensajito a todos al terminar en el que nos decía lo orgulloso que se sentía por haber formado parte de un grupo tan especial.
Golf Circus: Y poco después volvía a ganar…
José María Olazábal:Si. Esa es la grandeza de este deporte.
Golf Circus: ¿Y otro español en la mente de todos, Severiano Ballesteros?
José María Olazábal:Seve fue nuestra inspiración. Creo que fue un acierto colocar su logo con su fecha de nacimiento y muerte en el polo de los jugadores. Hubo alguno que me dijo, durante la jornada del domingo, que en algún momento que se sintió flaquear y que miró la imagen de Seve en la manga y le dio fuerzas para seguir. Estoy seguro de que estuvo allí de alguna forma. Si lo piensas, nosotros tuvimos una suerte trágica los dos primeros días del torneo en el green. No nos entraba ni un solo putt y ellos la colaban de todos lados, pero el último día cambiaron las tornas. Ellos fallaron putts estrepitosamente y ahora me viene a la mente el imposible putt que embocó Justin Ross en el 17. Seve era un gran pateador y creo que alguna ayudita nos echó.
Golf Circus:Y hablando de putt, el de Martin Kaymer es de esos que te lanzan a la gloria o al infierno.
José María Olazábal:No es un secreto que Martin lo pasó muy mal en los últimos meses y que al final se mantuvo en el equipo por los pelos. Le saqué en uno de los Fourballs para que metiera un par de birdies y se animara y no hubo forma. Ese viernes por la noche llamó a Langer y estuvo hablando una hora con él y yo tuve una charla el sábado por la mañana. Como buen alemán es un jugador que le cuesta expresar sus sentimientos, pero te aseguró que el domingo lloró más de una vez.

P.: Allí, alrededor del green, se vio que no quería mirar y que rezaba.
José María Olazábal: Más que rezar, no sé lo que pensaba. Fue un momento de extrema tensión. Le veía ir de un lado al otro mirando y remirando el putt. Luego confesó que se le vino a la mente el putt que Langer falló en 1991 para perder la Ryder Cup y que le dio tiempo a pensar: ‘¡Otra vez no, por favor!’. Cerré con fuerza los ojos. Más que nada esperaba oír el ‘clonc’ de la bola en el hoyo y el gentío. Y cuando oí el estruendo del público, respiré y miré hacia arriba y… bueno ya sabéis el resto.
Golf Circus: Después de aquel “milagro” volvió a coincidir con todo el equipo en el BMW en China (excepto Sergio, que no jugó por lesión), ¿de qué hablaron?
José María Olazábal: Si, En un octubre, un mes después de la Ryder Cup, coincidimos todos en Shanghai y la verdad es que fue muy entrañable. Volvimos a recordar muchos de aquellos momentos, lo que pensamos, lo que sentimos…
Golf Circus: ¿Quién ha aprendido más de quién? ¿Usted de ellos o ellos de usted?
José María Olazábal: Yo creo que las vivencias y el aprendizaje ha sido mutuo. Yo espero haberles inculcado algo del espíritu de la Ryder, como creo que así fue; pero ellos me enseñaron a mí mucho también. Estuve una semana rodeado de los mejores jugadores del mundo y la verdad es que su juego y su entrega me inspiraron para impulsar de nuevo mi carrera. Después de un año de tensiones, entrevistas, reuniones, preparaciones, etc, mi juego estaba bastante abandonado; pero tras aquellas semana decidí trabajar duro y espero que lleguen pronto los frutos.

Golf Circus:Nada más acabar la Ryder Cup disputó el Open de Portugal (donde falló el corte) y dos semanas después, en el BMW en la primera ronda emboca 67 golpes libres de bogeys.
José María Olazábal Bueno la verdad es que el campo estaba más corto de lo habitual, pero sí, jugué una vuelta muy sólida y la verdad es que trabajé muy duro para ello. Hacía tiempo que no estaba en lo más alto de la tabla y espero volver.
Golf Circus: ¿Qué ha significado Medinah en su vida?
José María Olazábal Durante una semana trabajamos duro, entrenamos duro para encontrarnos a nosotros mismos en aquellas circunstancias concretas y para aquella atmósfera. Y todas aquellas vivencias me han inspirado para trabajar duro y volver a sentir lo que ellos sintieron en Chicago y lo que yo sentí alguna vez.