Ross Fisher ha vuelto a encontrar la confianza en sí mismo en el Tshwane Open disputado en Sudáfrica. El inglés, que tras su participación en la Ryder Cup de 2010 había sufrido una mala racha de cuatro años de duración, parece haber hecho borrón y cuenta nueva según se desprende de su actuación en este torneo.
Partía con cinco golpes de ventaja tras una perfecta ejecución de juego en la tercera jornada, donde entregó una tarjeta de 67 golpes, sobre Michael Hoey y Simon Dyson, que no han cejado en ningún momento en el asalto por el liderato.
Con esta ventaja, Fisher tenía un cómodo camino hacia la victoria, siempre y cuando mantuviera alejados los fantasmas del pasado de su cabeza y los errores de su tarjeta. Comenzaba de manera irregular. Birdie en el primero y bogey en el tres, para volver a firmar birdie en el séptimo hoyo. Fisher parecía estar asegurando cada hoyo cumpliendo el par del Copperfield Golf & Country Estate, mientras que sus rivales iban recortando ante el conservadurismo del inglés.
Uno de ellos, Carlos del Moral, que a base de birdies, tres en los primeros nueve hoyos y dos más en el hoyo 11 y en el 12, recortaba distancias con el líder. Con el birdie con el que cerraba el 15, del Moral se situaba a dos golpes de Fisher. La respuesta del británico no se hizo esperar. Su eagle en el quince sentenciaba el torneo, que cerraba con bogey en el 18, pero que no emborronaba su actuación en el torneo y a su vuelta a la senda de la victoria.
Michael Hoey y Danie Van Tonder, quedaban a tres golpes de Ross Fisher. Carlos del Moral, cuarto tras su error en el diecisiete, parece haber dejado bien atrás las dificultades vividas en 2013, cuando estuvo luchando por mantener su tarjeta del tour europeo.