Adam Scott estaba a las puertas de la victoria de su tercera prueba en suelo patrio, Australia, para hacerse con la triple corona (PGA, Masters y Open de Australia), repitiendo la hazaña de ganar estos tres títulos en la misma temporada conseguida por Robert Allenby.
Scott partía como líder con cuatro golpes de ventaja sobre Rory McIlroy, lo que visto el nivel desarrollado por el australiano en los últimos torneos era un colchón de seguridad más que suficiente. Pero el norirlandés McIlroy no estaba dispuesto a dejar el camino fácil a Scott y comenzó haciendo su trabajo e importunando en la clasificación al favorito al título, aunque todo se decidiría en los últimos tres hoyos del Emirates Australian Open.
En el 16, donde Scott contaba con una ventaja de un solo golpe sobre el norirlandés, desperdiciaba una clara oportunidad de eagle y firmaba con par, desaprovechando la ocasión de aumentar la distancia con un Rory McIlroy que encontraba la arena en su segundo golpe. Algo parecido ocurría en el 17, donde el ex número uno se complicaba el juego y Scott dejaba escapar un birdie para firmar un nuevo par. En el 18, McIlroy no perdonaría y con dos excelentes golpes se preparaba un birdie que bien valía una victoria, ya que Scott se pasaba del green y cerraba con un amargo bogey.