Jason Dufner hace suyo el PGA Championship 2013

Jason Dufner salía a un golpe del líder, Jim Furyk, en la última jornada del PGA Championship en Oak Hill, un campo que dos días antes había recorrido Dufner con 63 golpes y que el día tercer día de campeonato, en las condiciones habituales y planificadas por los organizadores, lo obligaba a dar 71 impactos a su bola para cumplir con su vuelta.

Dufner no destaca en una parcela del golf. No es un cañonero como pueda ser Zach Johnson o Bubba Watson. No tiene la capacidad de abstraerse y decidir torneos como puedan hacerlo Tiger Woods o McIlroy, aunque sí es difícil verle rastro de una sola emoción mientras está sobre la hierba del campo. Su juego alrededor del green no brilla por su virtuosismo y el putt, no es su fuerte, pero Jason Dufner estaba ahí, y tenía a su alcance el cuarto Grand Slam del año.

Salía desde el tee del uno sabiendo lo que no hacer; no ceder a la presión; no hacer caso a estadísticas pasadas ni a pronósticos negativos. No errar. Y así cumplió su primer hoyo, apartando a un lado los temores y cumpliendo un par que sería el inicio de un buen camino.

Birdies en el 4, 5, 8 y 16 le alejaban en la tabla de clasificación de la estrategia conservadora de Furyk, que volvía a cumplir con sus números respecto a llegar líder a la última jornada de un torneo, con nueve victorias de veintidós liderazgos en las finales. También veía como el arriesgado juego de Stenson le suponía jugar bien para subsanar errores en forma de bogeys.

Los 18 hoyos de Dufner no fueron un paseo triunfal, pero sabía qué hacer, cómo hacerlo y con qué palo hacerlo. Jason no daba cabida a ningún error, revisando distancias, comentando con su caddie, seleccionando el hierro correcto. Sus 68 golpes le colocaban sobre o cerca de los greenes diseñados por Donald Ross y la recompensa a este trabajo de campo fueron dos golpes de ventaja sobre Furyk y su juego al par.

Dufner recogía el trofeo Wannamaker, cumpliendo con su no emotion, hasta que hizo acto de presencia su esposa y parecía salir de un trance que le había supuesto ganar el PGA Championship.

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