El viento se alía con Karrie Webb en el Australian Open

Las primeras jornadas del Women’s Australian Open fueron un auténtico recital sobre la hierba del Victoria Golf Club, un recorrido que no albergaba el campeonato desde 1976, por parte de las jugadoras de la LPGA Tour. Por ejemplo, Chella Choi entregó una tarjeta de 62 golpes para ascender un buen número de posiciones en la clasificación. El campo parecía dar facilidades a todas las jugadoras, no siendo difícil bajar del par. Hasta que apareció la mejor defensa del recorrido australiano, el viento.
La actuación de Suzann Pettersen puede ser un claro resumen de la importancia de este factor climático en el torneo. Quince greenes en regulación en las primeras jornadas, 17 birdies y -10 al comenzar la jornada final. Con la presencia del viento, la noruega entregaba una tarjeta de 80 impactos, con un triple bogey, dos dobles y tres bogeys más. Pero podríamos coger como ejemplo la actuación de Minjee Lee con 78, Lydia Ko con 73 o Hedwall con 75… menos la de Karrie Webb.
La australiana comenzaba a cinco golpes del liderato, pero con una caída masiva de la cabeza, remontar esta distancia parecía más fácil, siempre y cuando superara al elemento controlado por Eolo. Y en los primeros compases de la final, con dos birdies en los dos primeros hoyos, Webb tomaba el camino correcto, e inteligente hacia la victoria.
El bogey en el cuatro no afectaba a su juego, recuperando el error en el octavo hoyo y firmando dos birdies más en el camino al 14. De nuevo, erró en el 16, pero cerró con un excelente birdie el 18, y entregaba la tarjeta del triunfo con 68 golpes. Cerca estuvo Choi de alcanzarla, pero su putt de tres metros no llegó al agujero, quedando en segundo posición en solitario.

Azahara Muñoz también sabía jugar al viento y obtenía la decimoprimera posición, al igual que Beatriz Recari remontaba hasta la vigésimo octava posición, plaza compartida con Carlota Ciganda.

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