Al comienzo de la última jornada del HSBC Women’s Champions, Karrie Webb y Angela Stanford encabezaban la clasificación en primera y segunda plaza a una distancia de tres golpes, una distancia bastante cómoda de sus rivales más directas, Teresa Lu y Azahara Muñoz, que, aunque con pocas opciones a la victoria vista el juego desplegado por las veteranas Webb y Stanford sobre la hierba Sentosa Golf Club. Pero como es habitual en este deporte, nada está decidido hasta el último putt en el último hoyo.
Stanford había entregado tres tarjetas por debajo de los 70 golpes, pero en el último día, en sus seis primeros hoyos, firmaba dos bogeys y un doble bogey. Webb, que venía de triunfar en Australia, supo mantener el tipo hasta el hoyo 13, donde comenzó su declive particular para terminar con 74 impactos. Así, un torneo que estaba prácticamente cerrado, volvía a estar abierto.
Azahara Muñoz tuvo un comienzo torcido con dos bogeys en sus dos primeros hoyos, pero su reacción fue inmediata y encarriló su juego a las calles, greenes y a evitar errores, llegando a firmar cuatro birdies en sus restantes diecisiete hoyos, entregando una tarjeta de 70 golpes que suponía el liderato a su llegada a casa club.
Pero la malagueña no era la única que estaba aprovechando la debacle de las veteranas. La sonriente Paula Creamer, quien el último trofeo que sostuvo en sus manos fue el US Women’s Open del 2010, también tenía echado el ojo al trofeo. Si bien la joven jugadora había disfrutado de alguna ocasión para alzarse con otra victoria en estos años, su inseguridad con el putt la había apartado de la victoria. Pero esta temporada algo ha cambiado. En su tercer puesto en Bahamas y en el Abierto de Australia demostró que su manejo con el putt ha ido a mejor. Y lo ha vuelto a demostrar en el HSBC Women’s Champions, donde con cuatro birdies y un solo error en su tarjeta, suponían 69 impactos válidos para el empate con la española.
El primer hoyo del playoff no daba la solución al torneo. Sendos pares en el par 5 del hoyo dieciocho. Vuelta al tee de salida, pero en esta ocasión, el desenlace sería diferente. Creamer necesitaba solo dos impactos para llegar al green, mientras que Muñoz necesitaba tres y el birdie era el objetivo. Objetivo corto ante lo acontecido. Paula Creamer, la jugadora que hasta 2013 había tenido serios problemas con el putter, pateaba para eagle y embocaba su bola para alzarse con la victoria.