Basándonos en los números y estadísticas, el ganador del The Players al inicio de la jornada final en Sawgrass estaba decidido antes de dar el primer golpe de salida del último día de torneo. Como ya había ocurrido en Torrey Pines, Blue Monstery Bay Hill, tres títulos ganados por Tiger Woods esta temporada, si el californiano llega como líder en la última ronda, la victoria es suya, con un porcentaje del 90%. El 10% restante es la clara aleatoriedad del golf.
Contra semejante porcentaje de victoria se veían las caras Sergio García y David Lingmerth, empatados en la salida con Woods, y poniendo en peligro las estadísticas del número uno con un despliegue golpes increibles y una estrategia de ataque sobre la hierba muy estudiada. Si a la situación, una ronda final contra el número uno y con bastantes opciones, olvidando los números, de una victoria, se le sumaban las declaraciones cruzadas entre Sergio y Tiger, la tensión solo hacía crecer, pero desde el primer golpe desde el tee 1 se acabaron las palabras y se debían demostrar con hechos.
Tiger salía con sus birdies marcados, es decir, con hoyos donde la necesidad de birdie para la victoria son inamovibles. Como suele ser habitual, estos hoyos son los pares 5 del recorrido, en los que el estadounidense tiene posibilidades de conseguir un eagle, pero donde el birdie, como decimos, es obligatorio.
y así aconteció en el primer par 5 de Sawgrass, el hoyo 2. Tiger resta un golpe al campo y se pone líder en solitario a un golpe de García y Lingmerth, liderato que mantendría en los primeros nueve hoyos con dos birdies más y un solitario bogey.
Una vez completados los nueve hoyos iniciales y en lo más alto de la tabla, Tiger proseguía su estrategia para hacerse con la victoria de The Players. Un nuevo birdie en el 12 dejaba bien claro que el californiano no dejaría escapar el título a estas alturas del torneo. Pero Sawgrass no es ni por asomo un recorrido fácil, ni tan siquiera para el número uno del mundo.
El hoyo 14 pondría en apuros a un Tiger que veía como su bola de salida iba directa al agua. Un doble bogey que no entraba en el guión de Woods y que abría las puertas a la posibilidad de romper las estadísticas cuasi perfectas de Tiger por parte de Sergio García o David Lingmerth.
Sergio no encontraba las buenas sensaciones de los días anteriores, hasta el momento que Tiger fallaba en el 14. El de Borriol ve la opción al triunfo y comienza a remontar un poco en el marcador con birdie en el hoyo 11, par 5, y repite en el 13. El eagle del 16 lo sitúa colíder con Woods a dos golpes de sus perseguidores.
Tiger se encuentra algo incómodo compartiendo posición, quizás aún más incómodo compartiéndola con el jugador español con el que había cruzado palabras al finalizar la tercera jornada. Se hace evidente en el juego que desarrolló sobre el green del 17, un difícil hoyo rodeado por agua a excepción de su lado izquierdo, donde no confía en el golpe perfecto tras haber mandado su bola al agua en el 14. Asegura y al finalizar el hoyo, continúa líder junto a un confiado García.
Cuando Tiger mandaba su bola al centro de la calle del 18, Sergio comenzaba lo que sería una pesadilla en el 17. Jugaba el castellonense directamente a bandera, una bandera que marcaba la diana de un green envenenado. Su primer golpe quedaba muy corto y su bola se sumergía en las aguas que rodean el green.Su segundo golpe tendría el mismo destino y le dejaría sin opciones a alzarse con el trofeo de The Players Championship, que finalmente recaería en manos de un Tiger Woods que afirmaba al finalizar el torneo :«Estoy mejorando».