Cinco victorias le avalan como el Mejor Jugador del Año, pero el número 1 del mundo acaba otra temporada sin Grandes. ¡Y ya van cinco!
Terminó la temporada en el Circuito estadounidense con la última de las pruebas de los play-offs, The Tour Championship, que se llevó Henrik Stenson, además de la millonaria FedEx Cup. Un hito histórico para un jugador europeo en la breve vida de la Copa a la Regularidad en Estados Unidos.
Pero, como era de esperar, el título al Mejor Jugador del Año, en ese continente por supuesto, fue a recaer en Tiger Woods, avalado por cinco victorias -dos de ellas en torneos de las series mundiales-, ocho Top Ten -la mitad de los torneos que ha disputado en el Tour este año- y 56 semanas consecutivas como número uno del mundo en el World Ránking.
Hasta ahí perfecto… si habláramos de un gran jugador. Pero para Tiger, bajo su particular punto de vista, e incluso para sus muchos fans más radicales y para numerosos sectores de la prensa, se podía tachar de fracaso esta temporada, otra más que se le escapa para seguir sumando torneos de Grand Slam y superar el récord que se ha marcado: alcanzar a Jack Nicklaus (18).
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Después de sus tres primeras victorias al comienzo del año (Farmers Insurance Open, en enero; y WGC-Cadillac Championship y Arnold Palmer Invitational en marzo) todo parecía indicar que Woods había vuelto a su mejor momento de forma de cara a su primera gran cita: el Masters de Augusta. Y aunque terminó en cuarta posición, la verdad es que nunca fue una amenaza real para el australiano Adam Scott.
En mayo ganó The Player, considerado como el “Quinto Grande”, poco antes de su segunda cita, el Open de EEUU; pero el inglés Justín Rose marcó el ritmo del torneo y relegó a Tiger al puesto 32º. Su gran “amigo” Phil Mickelson dejó escapar, una vez más, el Open USA, pero no así el Open Británico, que dominó con autoridad en la última ronda. Woods, que había remontando posiciones, terminó con una vuelta de 74, algo a lo que no nos tiene acostumbrados.
Parece que su leyenda negra se confirma: Major que no comienza liderando, Major que se le escapa de la manos.
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Tiger cumplirá el 30 de diciembre 38 años. La experiencia nos dice que entre los 30 y los 40 son los mejores años para el golf. Le quedan, mínimo, entre cinco y seis años para sumar los cuatro Grandes que le quedan para igualar el récord con Jack y uno más para superarle. Entre 20 y 24 torneos Grand Slam para hacer historia. Es de suponer que lo conseguirá y lo superará, y cuando más cerca esté más motivado estará, aunque la presión también será mayor.
Lo malo es que sus rivales se han puesto las pilas y han descubierto que “Robocop” es humano y también tiene sus debilidades.
¿Lo conseguirá?
La respuesta…. después de la publicidad.
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