Sergio García terminó como subcampeón del Open Championship por segunda vez en su carrera, pero insistió en que es una experiencia positiva.
Hace siete años la estrella de la Ryder Cup estuvo a centímetros de ganar el Claret Jug en Carnoustie, quedando su putt corto en el borde del hoyo 18, trniendo que disputar un play-off, que finalmente perdió ante el irlandés Padraig Harrington.
Sergio García ha presentado una tarjeta de seis bajo par (66), pero a pesar de su gran esfuerzo, no fue suficiente para alcanzar a un glorioso Rory McIlroy, quien ganó su tercer Major por dos golpes.
«Todo el mundo te mira como segundo y quieren que sea algo negativo. No lo es, en absoluto», dijo el de Borriol, quien empató con el estadounidense Rickie Fowler en un total de 15 bajo par.
«Sentí que jugué bien. Me sentí como hice casi todo lo que podía y no había un mejor jugador. Es tan simple como eso. No hay que mirar a otras cosas. Es así de simple. Obviamente, hay algunas cosas negativas y, obviamente, mi bogey en el 15 no fueni la mejor jugada ni agradable, pero trato de ver las cosas positivas. Siempre hay muchos más aspectos positivos que negativos y eso para mí es donde quiero tomarlo.»
Dos veces Garcia recortó la ventaja de McIlroy a dos, pero el momento clave llegó en el hoyo más corto en el campo cuando el español dejó su tiro de acercamiento en un búnker y no pudo salir con su primer intento, lo que le costó un bogey. Eso le dio a McIlroy una ventaja de tres golpes de nuevo y cuando García no embocó su intento del eagle de 30 pies en el 16, el juego había terminado.
«Dos disparos fue lo más cercano que estuve, pero es difícil cuando estás en una situación donde sabes que no puede cometer un error», agregó García.
«Simplemente pone ese poco de presión extra, pero han sucedido tantas cosas buenas a lo largo de esta semana y aún hoy me dieron un par de muy buenas oportunidades. Estuve cerca. Estoy orgulloso de la forma en que jugué.”
«Quería que por lo menos McIlroy sintiese un poco de presión y ver cómo respondía y, obviamente, respondió bien. Cada vez que me acercaba, él siguió haciendo un birdie y no me dejaba estar más cerca. Tenía que disparar al menos ocho o nueve bajo par. Creo que hice un gran esfuerzo, solo que había alguien un poco mejor.»