Sergio García lleva disputados 15 Masters en su carrera y en esta edición, el mismo día que se cumple el aniversario de la primera victoria de Seve y la segunda de Olazábal, el jugador de Borriol ha tenido su mejor arranque en el campo del Augusta National, con 66 golpes en un campo que no es de sus favoritos, y que llegó a hacerle pensar en 2012, año en el que acabó decimosegundo, que no sería capaz de ganar en Augusta, y que no podría ganar un major.
Pero eso fue el año pasado. Y si bien el campo, el renombre de la competición, el trofeo, la chaqueta, no cambian, los hombres, sus palabras y sus ideas, si. Sergio ponía su bola en el tee de salida del uno y se abstraía de las anteriores ediciones, de sus palabras y se concentraba en mostrar su mejor juego, y disfrutar jugando.
“Bueno, no es mi lugar preferido, pero cada vez que venimos intentamos disfrutar todo lo posible. A veces sale mejor que otras, pero hoy ha sido un día de los buenos. Y hay que disfrutar mientras dure”.
Cuatro birdies en sus primeros nueve hoyos era la nueva cara que le ofrecía García al campo diseñado por Bobby Jones y Alister MacKenzie. Suelto, y resuelto, sin complicaciones en el juego y recurriendo al modo fácil en lo que respecta a estos nueve hoyos iniciales, un poco más accidentados los nueve últimos, pero nada que emborronara la tarjeta del español. En toda la jornada, ni un solo bogey y veintisiete putts, lo que seguro da confianza a Sergio y le ayuda a creer un poco más en sus posibilidades de victoria.
“He jugado extremadamente bien los primeros diez hoyos y luego lo he pasado mal con algunos golpes de salida en los últimos seis o siete hoyos. Pero he conseguido salvar un par de pares muy buenos. Esta noche intentaré llevarme a la cama el recuerdo de los primeros diez hoyos. Sin duda, creo que son los mejores diez hoyos que he jugado en el Masters. Aunque en cuanto a resultado no lo fueran tanto, la manera en que he pegado a la bola y la cantidad de oportunidades de birdie que me he procurado han significado mucho para mí”.
Augusta se presenta este año un poco más benevolente. Sus greenes no están tan rápidos ni duros como en ediciones pasadas y varios jugadores sacaron provecho a esta situación. Marc Leishman marcó un menos seis que corroboraba estas facilidades; Dustin Johnson daba una demostración de su potencia con el driver y precisión con los hierros situándose tan solo a un golpe de los líderes, seguido por David Lynn y Rickie Fowler con menos cuatro, compartiendo cuarta plaza con Gonzalo Fernández-Castaño, quien disputa su segundo Masters jugando en contra de sus palabras. El madrileño, al igual que el castellonense, afirmaban que no se veían ganando un Masters, pero su juego en esta primera jornada demuestra lo contrario. Demuestra una clara motivación por ganar, por hacerse tragar sus propias palabras.
Solo el bogey en el 18 le impidió compartir la segunda posición, pero Gonzalo está mostrando un nivel de juego con posibilidades de victoria. Firme en el putt, buenas aproximaciones al hoyo y un juego largo desde el tee sin complicaciones y teniendo claro como factor principal que el Masters se gana en los pares 5, donde ha desarrollado un juego excelente.
“Ha sido una gran ronda. He disfrutado al bajar del par en Augusta National. Aunque es mi segundo Masters, el año pasado no conseguí bajar del par en ninguna de las cuatro rondas y esto es muy positivo, un gran comienzo. Tengo muchas ganas de jugar las tres próximas rondas. Estar aquí y jugar el Masters es un sueño hecho realidad. Después de jugarlo por vez primera el año pasado mi único objetivo para el resto del año era jugar lo suficientemente bien para volver en 2013. Y me alegro de estar aquí porque el Masters significa mucho para el golf español. Tenemos cuatro chaquetas verdes, y poder recorrer estas calles durante las vueltas de prácticas con Olazábal, mi buen amigo y mentor, como él hizo en su momento con Seve es muy especial. Recibir todo lo que sale del campo y poder ponerlo en práctica en un torneo es muy especial”.
FOTO: JON-MICHAEL SULLIVAN/AUGUSTA.COM