Difíciles de creer las contundentes palabras de Sergio García durante el Masters de Augusta. “No soy lo suficientemente bueno para ganar un grande” son una clara declaración de derrotismo que iban a tener su repercusión y que iban a ser unas de las claves informativas del torneo. Sergio, quien ya ha mostrado altibajos en su carrera y de los que se ha repuesto satisfactoriamente, afirmaba en la tercera jornada del masters, en rueda de prensa que era muy difícil que juegue mucho mejor de lo que lo ha hecho esta semana, y que aún jugando así, no alcanzaría el top 10, quedando decimotercero o decimoquinto. No se equivocaba por mucho. Decimosegundo a nueve golpes de un Bubba Watson espectacular.
La terceras jornada del de Borriol fue una concadenación de errores y de demostraciones de garra y coraje. Comenzar con doble bogey es nefasto, pero afrontarlo con 2 birdies consecutivos en el 2 y 3 demuestran de la pasta de la que está hecho el español mejor clasificado en el Masters de Augusta de 2012. Cometer bogey en el 5 y en el 7, dos par 4 en los que casualmente 17 jugadores firmaron bogey en ambos, no son motivo para tal desánimo por parte de un jugador que anotaría 3 nuevos birdies en el transcurso del juego y que cerraría con un meritorio -1 en ese día duro y -2 en el cómputo general.
Sergio García volvía al camino de la victoria a finales de 2011 con la victoria del Castelló Masters y el Andalucía Masters disputado en Valderrama, una merecida undécima plaza en el Dubai World Championship. 2012 seguro que no ha empezado como él desearía, pero duodécimo en Abu Dhabi HSBC y quinto en el Qatar Masters no son posiciones a desmerecer. En peor situación se encontró en el Accenture Match Play, quedando fuera a las primeras de cambio ante el extraordinario juego de Miguel Ángel Jiménez o en el Cadillac Championship disputado en Miami y donde quedó en el puesto 60.
En la rueda de prensa, no hablaba el jugador, que quiera o no, es en la actualidad, el mejor golfista español, con un juego soberbio y con potencial para llegar a los títulos que hasta ahora tenía vedados. Hablaba la frustración de un jugador que intenta con todo lo que tiene ganar un major, y tal vez esté en esta obsesión el problema y la explosión de sus palabras.
«Digo las cosas como las siento. Soy así, no voy mintiendo. Lo mejor y lo peor que tengo es que soy muy sincero. Creo que he jugado lo suficientemente bien más de una vez para ganar un grande y no ha podido ser. Está claro que algo pasa”, asegura.
En esa misma jornada, en la que el jugador valenciano se resistía a caer en la tabla, sufría lo suyo Miguel Ángel Jiménez, quien comenzaba el Masters dejando muy buenas sensaciones, pero que en la tercera jornada se desplomaba en la tabla y firmaba un solo birdie en el exigente recorrido del Augusta National en ese día. Tal vez fue uno de los jugadores que más arriesgó intentando entrar a green con hierros largos e incluso maderas. Desde luego, el de Churriana tiene un mal sabor de boca con este major, pero afronta la situación más positivamente, como es habitual en él con una frase marca de la casa: «Mañana será otro día».