Puede que muchos no sitúen este destino en el mapa, incluso a algunos le sonará al sur de Miami, pero hablamos de un océano que está aun más lejos: El Pacífico. Los Cabos se encuentran en la parte más occidental de México, concretamente al sur de la Península de Baja California. Hasta allí se ha ido el equipo de Ruta21 para grabar un destino perfecto para descubrir en verano, con campos de golf que sorprenden y una oferta de ocio que lo tiene todo.
Aterrizamos en nuestro destino ilusionados por descubrir todo lo bueno que nos espera en Los Cabos. A escasos minutos del aeropuerto se encuentra nuestro lugar de descanso, el Hotel Barceló Gran Faro, ubicado en la ciudad de San José del Cabo.
Sin tiempo que perder comenzamos nuestro itinerario golfístico. En esta visita no nos dará tiempo a visitar todos los campos de Los Cabos, pero testearemos 4 de los más interesantes.
En Cabo Real Golf Club nos daba la bienvenida un compañero de profesión, Juan Carlos Castellanos, que nos hizo un breve brieffing sobre el campo y las magníficas instalaciones, con una casa club muy agradable y un recorrido de Robert Trent Jones II que seguro nos hará pensar.
La finca sobre la que se construyó el campo combina una zona sinuosa, en plena montaña, con otros hoyos que desembocan en la orilla del mar. Rápidamente comenzamos a percibir la huella del diseñador americano, con contornos y modulaciones que no fueron trazados por casualidad.
Con 6848 yardas desde el tee de atrás, Cabo Real es un campo que recompensa a los pegadores, pero también a los estrategas. Sus continuos dog-legs y zonas de lay up, premiarán a aquellos jugadores que dominen los efectos y sean precisos desde el tee. El juego corto será otra de nuestras bazas en este campo. Hay que estar fino con el wedge si queremos hacer pocas aquí.
Un campo realmente divertido, variado en su diseño y muy agradable de jugar. La combinación entre la vegetación árida de la montaña y la arena del mar, hace que parezca que jugamos 2 campos en uno.
No va a ser el único recorrido en el que tengamos esta sensación, que responde perfectamente a la esencia de Los Cabos. El desierto se encuentra con el océano constantemente y Golf Puerto Los Cabos es otro gran ejemplo. Este club combina dos recorridos de Jack Niclauss con uno de Greg Norman, casi nada. Un total 27 hoyos donde disfrutar de la calidad en todos los sentidos.
Lindando el mar de Cortés con estas montañas nos encontramos unos hoyos con el sello de dos leyendas del golf. El estilo de Norman destaca por el moldeo de calles con bunkers y una gran defensa en los tiros a green. Para el Oso Dorado, la idea de paisaje y visualización del hoyo desde el tee de salida siempre está presente, tratando de evitar los golpes ciegos y rescatando el aroma links en los hoyos que están más cerca del mar.
El viento es un factor a tener en cuenta especialmente en estos hoyos. Los jugadores que dominen la altura de la bola tendrán más control en esta parte del campo, donde la brisa marina nos recuerda perfectamente donde estamos.
El primero de los campos que visitamos frente al Pacífico también tiene aroma de links y precisamente es un mexicano escocés, nacido en Saint Andrews, “la cuna del golf”, el que está al frente de este magnífico proyecto.
En Rancho San Lucas se palpa desde el primer golpe que das, esa mezcla de contrastes. Suponemos que al gran tiburón blanco se le hizo la boca agua cuando vio esta finca y visualizó los hoyos que aquí podría dibujar.
Con casi 7.210 yardas, este recorrido ofrece a los pegadores un buen test en muchos de sus hoyos, mientras que los jugadores más técnicos, gracias a la versatilidad de los tees de salida, encontrarán aquí un campo que de adapte a ellos.
Un recorrido en el que también podemos percibir las señas de identidad de Norman, y su conocimiento y pasión por los campos escoceses. No en vano, el australiano sabe lo que es levantar la Jarra de Clarete.
Muy cerca de allí encontramos uno de los campos más especiales de Los Cabos, Quivira Golf, que también es obra de Jack Niclauss. Muchos bautizaron este recorrido del “oso dorado” como el Pebble Beach de México.
A veces cuesta encontrar adjetivos, y tras 12 temporadas recorriendo destinos de golf con Ruta21, la tarea se complica aún mas. Diría que es uno de los recorridos más “salvajes” que hemos visitado, si tomamos el sentido bello de la palabra. Hay hoyos que directamente te dejan sin aliento y acantilados con tees, fairways y greenes, colgando hacía el Océano Pacífico, como si de verdes terrazas se tratara. De camino al séptimo hoyo pasamos por Faro Viejo, que data de 1905, y ha sido fuente de inspiración de pintores, poetas y cineastas. En estos acandilados y playas se rodaron escenas de Troya y damos fe de que es un escenario de película.
El destino Los Cabos ofrece una oferta complementaria muy amplia. Una de las más famosas, debido a su ubicación geográfica es la fauna marina, donde las reinas son miles de ballenas que puedes ir a contemplar muy de cerca. Una de las cosas que llama la atención aquí es la ausencia de humedad. Debido al desierto, es un clima seco, y en las noches refresca de manera muy agradable.
Cada experiencia en Los Cabos es única. Desde lo más sofisticado hasta lo más sencillo. Todo lleva impreso un sello de autenticidad. Tamarindos es mucho más que una experiencia gastronómica liderada por el chef Enrique Silva, es un lugar que nos invita a conectar con la tierra. Esta hacienda, ubicada a escasos minutos de San José del Cabo, nos ofrece entre otras cosas una experiencia Farm to Table, guiada por su personal experto.
Algo que no debes perderte en Cabo San Lucas es la cena en Animalon by Sea. Este restaurante flotante no sólo nos invita a probar los manjares del chef Javier Plasencia, es un paseo por la bahía en el que tenemos la oportunidad de contemplar a escasos metro el Arco del Cabo y un atardecer realmente único.
Si buscas un restaurante emblemático en Cabo San Lucas ese es Edith´s, donde entrevistamos a su chef ejecutivo Edgar Román. Pudo contarnos como los ensaladeros y flameadores van por las mesas ofreciendo una experiencia única. Aquí preparan la ensalada Cesar “a la ley”.
Otra visita obligada es un paseo por San José del Cabo, sus calles coloridas, sus tiendas y sus plazas, hacen que caminar por ellas sea un auténtico disfrute. Precisamente allí pudimos probar los tacos de pescado, así como otros frutos del mar que seguían subiendo el listón del sabor.
Todo viaje en el que se disfruta siempre se hace corto. Lo cual nos deja una excusa perfecta para volver y seguir explorando aún más este rincón del planeta.