Ocho golpes de ventaja es la prueba palpable de la victoria del joven norirlandés Rory McIlroy en un demostración de golf magistral en el último major del año, el PGA Championship.
Salía como líder en la cuarta jornada vistiendo, casualmente, los colores que hizo famoso Woods en sus victorias, de rojo y negro. Homenaje, muestra de relevo generacional… lo que sí que está claro es que se puede decir que son los colores de los triunfos y del mejor golf. Nadie pudo hacer frente al poderío del norirlandés sobre la hierba del Ocean Course en Kiawah Island, un exigente recorrido que no pudo hacer frente a la apabullante perfección de juego de McIlroy. Ni tan siquiera con sus trampas y difíciles obstáculos, que dieron el sábado la anécdota con el ganador, al quedar su bola atrapada en un árbol. Este detalle no minó en ese momento a Rory, que cumplía en ese hoyo con par, ni le afecto en la ronda final. Seis birdies y ni un solo error. Un ritmo de locos que sus competidores no supieron ni pudieron frenar.
Actualmente, es la referencia golfística a nivel mundial. Vuelve a situarse en el número uno del ranking mundial y ha roto la racha de 16 campeones diferentes en el PGA Championship al ganar la edición de 2011 y esta edición.
Tiger Woods no ha jugado demasiado mal durante este PGA, pero finalizó a once golpes de la victoria con un global de menos dos. Pero mcIlroy exige que aparezca el mejor Tiger para tener al menos una oportunidad de confrontación deportiva de nivel. Aún así, Woods ostenta la tercera plaza en el ranking, y sigue siendo un rival a tener muy en cuenta en cualquier torneo. Sigue con un alto nivel de competitividad y con hambre de títulos.
Muy pocos son capaces de salir con una mínima opción de victoria y encadenar cinco birdies en sus primeros hoyos del día, hasta seis en los siete primeros. Uno de ellos es Ian Poulter, quien desplaza a Sergio García en el equipo de la Ryder Cup.
Miguel Ángel Jiménez sigue empeñado en desmentir y demostrar que todavía debe ser tomado muy en serio sobre la hierba de cualquier recorrido. El mejor español en este PGA demostró su calidad, garra y empuje que lo llevó hasta una meritoria vigésimo séptima plaza.
Embocó de chips en los hoyos 3 y 8, que consiguieron levantar una exclamación de sorpresa en el público norteamericano. Remontó dos dobles bogeys muy dolorosos para terminar al par del recorrido con un gran birdie en el hoyo 17.