Tenía que llegar la hora del cambio en Oak Hill. El PGA Championship no estaba siendo en gran parte el reto que los organizadores tenían pensado cuando plantearon un rough largo, unos greenes duros y deslizantes y unas banderas difícilmente alcanzables. Pero no contaban con un agente externo como fue la lluvia caída en Nueva York días antes a la jornada de apertura del cuarto grande de la temporada, que dejaría la fortaleza trazada de Oak Hill en un paseo triunfal de Adam Scott, Jim Furyk y demás jugadores, hasta llegar a la apoteósica vuelta record de Jason Dufner.
Pero el sol ha devuelto las fuerzas al recorrido. Se han secado los greenes. El rough ha vuelto a elevar sus defensas. Y esto es fácil de comprobar. De todos los jugadores que superaron el corte, solo once de ellos han sido capaces de jugar bajo par en la tercera jornada. Dos de ellos han dado muestras de su consistencia en este campo, los líderes Jim Furyk y Jason Dufner, quienes cumplen a la perfección sobre un recorrido tradicional que solo pide que se le juegue con las reglas básicas, salida a medio de la calle, llegar a green y embocar con un buen putt. Al mínimo error, este campo te pasa factura lo suficientemente abultada como para pensar que recuperar lo cosechado sea bastante difícil de alcanzar. Dufner es muestra de ello. El viernes estaba a punto de romper el record histórico de firmar 62 golpes en un grande. En el tercer día, firmó 71 frustrantes golpes, y agradecido de haber jugado al par, jugando inteligentemente y recuperando, en lo posible, los errores y basando su estrategia en jugar y firmar el par en 12 de los 18 hoyos.
Por delante de Dufner, a un golpe de ventaja, la experiencia de Furyk. Líder en la última jornada, una situación que estadísticamente no se le da excesivamente bien al norteamericano (9 victorias de 21 lideratos en última jornada), firmó 68 golpes, con un ejemplarizante juego largo y un más que correcto juego con el putt.
También se cuela en los primeros puestos de cabeza Stenson, muy activo en los últimos títulos disputados, situándose a dos golpes de los líderes. A la vez que el campo ha ido cambiando, McIlroy también ha ido mutando su juego y consiguiendo tener alguna opción a la victoria. 67 golpes lo sitúan en la séptima plaza a seis del liderazgo, y con Adam Scott, Stricker o Blixt por delante.
Foto: Montana Pritchard/ The PGA of America