Le Golf National, un campo de prestigio internacional más que asentado, sede de competiciones de gran importancia a lo largo de su historia, acogerá el torneo de golf masculino –del 1 al 4 de agosto– y femenino –en este caso del 7 al 10 de agosto– en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Hay consenso generalizado en que Le Golf National es un recorrido con capacidad más que sobrada para albergar una competición del prestigio de los Juegos Olímpicos, un escenario magnífico, con capacidad para 80.000 espectadores, que reúne todas las características para generar el mayor de los espectáculos en las dos competiciones olímpicas parisinas.
El Open de Francia que se celebra anualmente en sus instalaciones y la Ryder Cup que tuvo lugar en 2018 constituyen un aval suficientemente sólido para constatar que los participantes olímpicos tendrán a su disposición un magnífico recorrido, el Albatros, diseñado para explotar al máximo la calidad de los golfistas.
Aunque, en teoría, el campo premia al jugador versátil y buen estratega, los grandes ‘pegadores’ tienen a priori ventaja si son capaces de elegir correctamente dónde sacar el ‘drive’. Por el contrario, aquellos golfistas con mayor capacidad de asumir riesgos se enfrentan al dilema de probar fortuna a cambio de pagar cara la osadía.
De la preparación del campo que realice el Comité Organizador depende una significativa parte del resultado final, teniendo en cuenta en todo caso que Le Golf National tendrá una configuración y presentación más europea que norteamericana.
Todo pasa, si así se considera, por neutralizar al máximo a los pegadores más potentes –normalmente norteamericanos– y penalizar de manera más severa a quienes no vayan rectos. Con ese objetivo, además del habitual ‘rough’, hay que tener en cuenta la importancia de algunos obstáculos ya conocidos en los últimos años, como los profundos bunkers del hoyo 18, instalados a 280 metros del tee y pensados para atrapar a los más incautos, toda vez que fallar la calle en ese momento crucial del recorrido puede ser sinónimo de bogey y, por ende, de derrota.
Ubicado en un área donde se respira golf por los cuatro costados, con 26 instalaciones de distintas dimensiones en un área de tres kilómetros a la redonda, Le Golf National está considerado como uno de los 25 mejores complejos de golf de Europa continental, gracias sobre todo a la existencia del campo Championship Albatros de Le Golf National, su atracción estrella.
Fuertemente vinculado a la Federación Francesa de Golf, Le Golf National acoge en su seno el Centro Nacional de Rendimiento de este organismo federativo, una fantástica cancha de prácticas, una moderna casa club y dos afamados recorridos situados en las afueras de Versalles, cerca de París.
Diseñado por Hubert Chesneau y Robert Von Hagge para albergar prestigiosos torneos internacionales, Le Golf National fue inaugurado en 1991, acogiendo anualmente desde entonces el Open de Francia. Su construcción llevó tres años de trabajo para transformar 139 hectáreas de terreno llano en un lugar paradisiaco compuesto por dos campos de 18 hoyos y un campo de entrenamiento de siete hoyos.
El recorrido olímpico combina la sensación de un campo tipo links con interesantes variantes que incluyen greenes con apreciables caídas, calles amplias y onduladas, obstáculos de agua y un buen número de bunkers jalonando su recorrido. Mención especial para los cuatro hoyos finales, puro espectáculo, los hoyos que otorgan el sello de calidad definitivo, rodeados de obstáculos de agua que convierte al recorrido Albatros en un auténtico desafío.
Todo ello, como corresponde a unos Juegos Olímpicos que quieren enarbolar la bandera de la sostenibilidad y que tienen en Le Golf National, precisamente, un buen ejemplo para mostrar al mundo cómo realiza un campo de golf una buena gestión ambiental para preservar y mejorar el patrimonio.
ASÍ ES EL RECORRIDO OLÍMPICO (desde barras profesionales masculinas)
Hoyo 1: par 4 de 383 metros
Un pronunciado dogleg a la derecha para empezar, animados entre otras cosas por la existencia de agua en la parte izquierda de la calle. Si se tira por encima de la arboleda, se puede acortar antes de luchar por la opción a birdie.
Hoyo 2: Par 3 de 192 metros
Par tres relativamente largo muy defendido por agua a la izquierda y bunkers rodeando el green. El par es un buen resultado.
Hoyo 3: Par 5 de 510 metros
Hoyo largo pero recto, propicio para que los pegadores hagan birdie. Se encuentra entre los hoyos menos comprometidos del recorrido, aunque algunos árboles de buen porte en las proximidades del green incrementan su dificultad.
Hoyo 4: Par 4 de 444 metros
La clave, como en casi todos los hoyos, es ir recto en un hoyo donde hay que aprovechar la parte derecha de la calle para llegar a green en mejores condiciones.
Hoyo 5: Par 4 de 373 metros
Buena opción de birdie para quienes controlen bien el segundo golpe para llegar a green. La colocación de bandera, clave para hacer del hoyo algo sencillo o complicado, en este último caso si se sitúa en la parte izquierda, donde hay bunkers protectores.
Hoyo 6: Par 4 de 347 metros
Un buen lugar para hacer birdie. Un green de grandes dimensiones y con bastante movimiento, el elemento a solventar.
Hoyo 7: Par 4 de 418 metros
Otro dogleg a la derecha que se puede superar por encima de los árboles para caer en una segunda plataforma de la calle y afrontar con mejores garantías un green protegido por bunkers a la izquierda.
Hoyo 8: Par 3 de 190 metros
Dejarla en un green ondulado en el primer golpe, el reto de los participantes.
Hoyo 9: Par 5 de 529 metros
La primera vuelta concluye con un par 5 donde es importante anotar birdie. Un green largo y de grandes dimensiones, con bunkers a la derecha, es su principal obstáculo.
Hoyo 10: Par 4 de 342 metros
Un lago a la izquierda de la calle obliga a tirar por la derecha antes de llegar a un green donde la colocación de la bandera será fundamental para seguir mejorando la tarjeta.
Hoyo 11: Par 3 de 163 metros
Agua de por medio, green transversal de grandes dimensiones, bunkers posteriores…, buen número de obstáculos para los jugadores.
Hoyo 12: Par 4 de 396 metros
Otro dogleg a la derecha que se solventa con un recorrido relativamente tranquilo de la bola por la izquierda. No hay bunkers para recepcionar la bola en un green, una vez más, bastante grande.
Hoyo 13: Par 4 de 379 metros
Visualmente uno de los hoyos más bonitos del recorrido, con mucha agua a la derecha y rodeando casi por completo el green. Es necesario, por tanto, ser muy preciso en el primer y en el segundo golpe.
Hoyo 14: Par 5 de 544 metros
El hoyo más largo del recorrido, un maratón salpicado de ondulaciones en la calle y un par de bunkers de grandes dimensiones en las proximidades del green. Hacer buen resultado en este hoyo, fundamental de cara a la resolución del torneo.
Hoyo 15: Par 4 de 373 metros
Agua, agua y más agua por la derecha de la calle antes de llegar a un green… rodeado de agua. Alcanzar sin contratiempos el green, objetivo prioritario.
Hoyo 16: Par 3 de 161 metros
Es el hoyo más corto del recorrido, pero la parte más acuática del campo se deja sentir, con un lago por la parte derecha de la calle y el green. Tres bunkers lo protegen además, por lo que hay que medir muy bien las distancias.
Hoyo 17: Par 4 de 439 metros
Después de tanta agua, un respiro en forma de hoyo muy recto donde hacer birdie significa aumentar las posibilidades de triunfo final.
Hoyo 18: Par 4 de 431 metros
Para acabar… el hoyo más difícil del campo, donde los más atrevidos generarán gran espectáculo. Un lago por la izquierda de toda la calle y, de nuevo, un green trasversal en isla, con un bunker protector que incrementa las dificultades. Lo dicho, birdie para los que les guste asumir riesgos.