Con la llegada del buen tiempo, La Veranda abre su terraza en Anantara Villa Padierna Marbella. Un lugar perfecto para relajarse y disfrutar al aire libre de una exquisita propuesta gastronómica, que incluye una selección de recetas clásicas con un toque actual y elaboradas con los mejores productos de esta temporada.
En un ambiente inigualable, el restaurante cuenta con un distinguido equipo de sala que cuida al máximo el servicio para deleite del comensal. La experiencia casi teatral de la preparación de los platos juega un papel fundamental, de modo que el steak tartar de vaca mayor se prepara delante del cliente; el tradicional chateaubriand de simmental madurada se trincha en el momento y en mesa; y también se recupera uno de los postres más emblemáticos de la cocina clásica, los crepes suzettes, que se flambean en un entrañable carro, al gusto del invitado.
La carta
El chef Santiago Altuna, ha creado una propuesta variada en la que predominan ingredientes y recetas de la zona. En los entrantes, el tiradito templado de ventresca de atún de la almadraba con salsa de ají amarillo; la crema fría de melón de cantalupo, manzana verde y hierbabuena con caviar; y la ensalada de bogavante con canónigos crujientes, tomates azules y vinagreta de frambuesas. Con profusión de platos para veganos como los espárragos blancos especiados al grill con pipirrana y vinagreta de hinojos, pomelos y anacardos; la berenjena púrpura tailandesa con reducción de balsámico y aceitunas Kalamata; o el boniato con zanahoria y tomate seco, puré de col lombarda y peras, salsa de yogur, lima y cilantro.
Para los principales, la carta ofrece pescados como lomo de lubina salvaje sobre puerros tiernos y puré de calabaza; salmonete de roca con curry verde de plátano y cebollas holandesas a la parrilla; y carabinero de Huelva XL con espárrago, panceta crujiente y espuma de hueva frito. Mientras que, entre las carnes, hay opciones como la paletilla de cordero lechal asada con sus mollejas a la parrilla y berenjenas en escabeche; el magret de pato crujiente con kimquat y mini patatas asadas con bacon; y la presa ibérica asada con puré de patata y rúcula, esponja de pistacho y salsa de trufa y parmesano.
La parte dulce está representada por postres como el soufflé al Grand Manier con salsa inglesa, el cremoso de chocolate con corazón de praliné de avellana y arena de cacao y café, y la manzana caramelizada con hojaldre crujiente y cremosos de vainilla.
El restaurante
El restaurante más icónico y elegante del resort destaca por su cuidada decoración, en el que sobresalen los tapices centenarios en tonos azules que adornan las paredes y que generan un distinguido y cálido ambiente. La iluminación está cuidadosamente estudiada, con lámparas doradas de diseños originales, que brindan una luz suave y agradable al espacio, a la vez que realzan la belleza de los elementos decorativos. El contrapunto del espacio lo pone la desenfadada foto “La Merienda” del fotógrafo local Jesús Chacón, que corona la chimenea del salón. Una entrañable imagen de tres vecinas de Marbella merendando en una casa tradicional y una muestra de cotidianidad, salpicada con diferentes objetos variopintos, que generan una inevitable sonrisa al espectador.
La bodega
La sucesión de platos de la cena en La Veranda podrá ir acompañada de los excelentes vinos y espumosos, nacionales e internacionales, de la bodega, que acuña más de 300 referencias. En función de su gusto, el cliente será perfectamente aconsejado por el sumiller, José Luis Morales, un apasionado de los vinos del marco de Jerez. La carta de La Veranda cambia cada temporada y en verano se han incluido nuevas incorporaciones de champanes y borgoñas, sin perder de vista los vinos locales, provenientes de toda Andalucía.
La terraza
La terraza de La Veranda, el lugar ideal para celebrar una cena romántica, al aire libre, bajo las estrellas y en un maravilloso jardín con fuentes. Con la llegada del buen tiempo, el restaurante se amplía a la magnífica terraza exterior, un espacio rodeado de vegetación dónde la preciosa fuente de piedra toma gran relevancia en el centro. El frescor de los jardines y el suave murmullo del agua crean una atmósfera idílica para disfrutar de la mejor compañía.