En un Masters de Augusta dominado por el bombardero zurdo Bubba Watson, los tres españoles que han llegado a la jornada final, Miguel Ángel Jiménez, Gonzalo Fernández-Castaño y José María Olazábal han demostrado calidad y coraje sobre la hierba del Augusta National.
El mejor, Miguel Ángel Jiménez, con un merecido cuarto puesto tras una memorable tercera jornada y un buen juego en la ronda final, se sentía satisfecho por lo obtenido, pero se recriminaba poder haber conseguido un poco más y tener la sensación de que se le había escapado una gran oportunidad por algunos detalles. Si bien ha conseguido otros objetivos, estar en el top 10 y bajar la plusmarca de veterano en el top ten, el malagueño tenía como objetivo final hasta el último hoyo la chaqueta verde. “Llevo veinte títulos, pero un major sería la guinda del pastel”
Jiménez, que ha aceptado una invitación para jugar esta semana Champions Tour, se tomará un periodo de descanso en el que además de prepararse para el circuito europeo y entrar en el equipo de la Ryder, tendrá que estar atento a los preparativos de su boda.
Gonzalo Fernández-Castaño, vigésimo sexto, se lamentaba de su juego corto al finalizar el campeonato. Falló muchos putts cortos en una jornada en la que debía hacer bajo par para volver el año que viene. Los putts y lo diferente que se presentaron los greenes en la jornada final en el Augusta National, mucho más lentos de lo habitual quizás por un exceso de riego, abatían a Fernández-Castaño, que prevé disputar el Wells Fargo, The Players Championship y Open de España tras unos días de descanso.
Olazábal, trigésimo cuarto, dio una lección de coraje en un recorrido que le vio ganar en 1999. José María se recuperaba del juego que desarrollado entre los hoyos 7 y 11, en los que encadenaba un doble bogey en el 7 con bogeys en el 9,10 y 11. El de Ondarribia ha avistado signos positivos durante el Masters en su juego, aunque remarca que hay mucho trabajo por hacer. El próximo compromiso del capitán de la Ryder Cup es el Open de España, donde pretende llegar con su juego más satisfactorio.