Entrevista a Sandro Lara, CEO de Riversa

El futuro inmediato vendrá marcado por la transformación digital en todos los sectores y en todo el mundo, y el golf no puede quedarse rezagado. Riversa ofrece a sus clientes soluciones cada vez más innovadoras y sostenibles para la gestión del mantenimiento de los campos de golf mediante electrificación y robotización.

Sandro Lara - Riversa

Sandro Lara es la segunda generación de Riversa, la compañía que fundara en 1976 su padre Julián Lara. Originariamente creada para importar y distribuir productos para el mantenimiento de espacios verdes, hoy en día Riversa abarca, además de golf, riego y jardinería, una división industrial y otra de vehículos eléctricos y es importador y distribuidor de varias marcas de soluciones a todos los niveles.

El futuro inmediato vendrá marcado por la transformación digital en todos los sectores y en todo el mundo, y el golf no puede quedarse rezagado. Soluciones cada vez más innovadoras y sostenibles para la gestión del mantenimiento de los campos de golf mediante electrificación y robotización, será lo que el cliente demande. Ser el aliado del golf y acompañar a los campos en esta transformación será uno de los retos para los próximos años de la compañía.

Julian y Sandro Lara

 

Riversa nació en 1976 fundada por tu padre Julián Lara y eres la segunda generación. ¿Siempre quisiste estar en la empresa familiar?

Aunque parezca mentira, con 16 años ya le dije a mi padre que quería trabajar en Riversa. Desde entonces toda mi formación fue encaminada a este objetivo, desde mi adolescencia cursando el bachillerato en Estados Unidos, hasta mis estudios de Ciencias Económicas en la Complutense de Madrid.

Después de este periodo de formación, empecé a trabajar en una compañía hotelera en Almería y luego en una fábrica de plásticos en Sevilla. Finalmente, antes de mi incorporación a Riversa estuve casi un año en Mineápolis en EE.UU., en la central de Toro.

¿Cómo fueron tus comienzos?

En el año 1999 decidí incorporarme, yo ya tenía mi formación y mis idiomas, y pensé que iría a una oficina, pero no, mi padre me recibió con un mono de trabajo. (ríe)

Empecé en el almacén durante un año y medio aprendiendo a cargar y descargar contenedores, a preparar paquetes, inventarios y pedidos. A partir de ahí me di cuenta de la importancia de procesar y sistematizar todo lo que se pudiera y, de hecho, el proyecto de creación de sistema de calidad y de certificación de la ISO es mi primer proyecto de manera personal en Riversa. Creo que todo esto me dio una visión muy potente de la empresa y de los distintos componentes, desde la logística, la administración, los pedidos, servicio post venta, garantías, todo lo que hace que Riversa produzca valor.

Riversa Marbella

¿Cuál es tu puesto y misión en Riversa en la actualidad?

Mi puesto es CEO o Director General si lo decimos en español y mi misión es manejar toda la estructura de Riversa. Desde la parte comercial y de ventas, en la que hay cinco divisiones: golf, jardinería, industrial, riego y vehículos eléctricos y todas ellas atienden distintos mercados, con distintas soluciones, marcas y productos. Además, me involucro en asistir a los departamentos que dan servicio a todas estas divisiones de ventas, desde servicio posventa, almacenes y logística o la parte administrativa y financiera.

Riversa se crea como una empresa para importar y distribuir productos para el mantenimiento de espacios verdes. ¿Cómo ha cambiado la empresa desde entonces? ¿Ha desarrollado Riversa nuevas áreas de negocio?

Como bien dices, Riversa se creó como importadora y distribuidora y seguimos siéndolo, lo que ocurre es que antes nos centrábamos en los espacios verdes. Al principio sólo había tres divisiones, riego, jardinería y golf. Los productos de las dos primeras se comercializan a través de una red de distribución. En cambio, el golf siempre se ha trabajado de forma directa, nuestro cliente es el club de golf.

En 1999, el 90 por ciento de la facturación provenía de la marca Toro y de esa cifra un 65 por ciento pertenecía al mercado golf. En ese contexto decidimos que era el momento de empezar a diversificar y a ofrecer otras soluciones. Hoy en día Toro representa un 55 por ciento de nuestras importaciones, el golf alrededor del 40 por ciento y el resto son otras divisiones. Además, hemos incorporado otras marcas como ClubCar, Avant, Greenmech o Solem.

Riversa fue elegida en 2018 como PYME del año en Málaga, ¿qué es lo que la distingue? ¿qué valor aporta a sus clientes?

Lo que mueve a Riversa es aportar valor a nuestros clientes. En los 80 el valor lo representaba un producto de calidad, en los 90 ese buen producto debía acompañarse de un servicio posventa fantástico y hoy en día, tener un buen producto y un buen servicio sólo te permite “jugar el partido”, pero no te diferencia.

En la actualidad nos centramos en aportar valor colocando al cliente en el centro y dándole la solución que necesita.

Riversa está presente con maquinaria y tecnología en grandes proyectos y empresas de renombre, ¿de cuáles estáis más orgullosos? Y ¿cuáles han representado un auténtico reto?

Te diré que para mí todos son clientes, desde el que te compra una máquina de 300€ hasta un paquete de maquinaria de un millón. Tenemos el orgullo de trabajar con casi todos los campos de golf de España en menor o mayor medida.

Por citarte algún proyecto más relevante, desde hace 10 años tenemos un acuerdo con el Real Madrid donde Riversa lleva el soporte técnico de la ciudad deportiva. Para nosotros supone un gran reto porque quieren tener siempre las últimas soluciones y tecnología y además de la manera más sostenible posible.

Riversa tiene una división específica de golf, lo que da una idea de la importancia que tienen los campos para la empresa. ¿Qué volumen de negocio suponen los campos de golf?

Como ya apuntaba antes, hoy los campos de golf suponen de un 38 a un 40 por ciento del volumen de Riversa. El golf es nuestro core, somos una empresa muy especializada en este sector.

La innovación y el desarrollo de nueva maquinaria más inteligente, sostenible y eficiente, ¿es lo que demandan los clientes?

Por política, los campos de golf demandan reducción de emisiones y reducción de ruido, sobre todo porque muchos de ellos tienen desarrollos inmobiliarios y las máquinas tienen que segar temprano por la mañana para no molestar. En los próximos años los campos tendrán gente que sepa de robótica y de automatización para manejar esta nueva maquinaria y Riversa estará con ellos para acompañarles.

Nos gustaría saber, ¿cómo ves el futro del sector?

Yo lo veo positivo. Tras la pandemia la gente se ha dado cuenta del valor del aire libre y el golf ha salido beneficiado. Personalmente me gustaría que el golf perdiera el estigma de deporte clasista y de lujo y que se popularizara como en su momento hicieron el esquí o el tenis. Esto nos permitiría depender un poco menos del golf turístico y más de jugadores nacionales. Ya sé que somos la California de Europa y está muy bien, pero, me encantaría que en un futuro hubiera más escuelas y más federados.

¿Cuáles son los nuevos retos que afrontará Riversa en los próximos años?

La transformación digital que se está produciendo en todo el mundo está llegando al golf. Te diré que nuestro reto para los próximos cinco años es acompañar al golf en todo ese proceso de cambio, fomentado la electrificación del parque y la robotización de ciertos trabajos. En cierto modo, esto ya es una realidad: nuestras marcas incorporan elementos de software para controlar los sistemas de riego o parques de maquinaria. Nuestro objetivo a corto plazo es que esos softwares se utilicen eficientemente por parte de gerentes y greenkeepers y que la información y datos que obtengan les permitan analizar, a la vez que les facilitan la toma de ciertas decisiones.

Imagina si nuestra apuesta es clara, que hemos incorporado al equipo a un especialista dedicado exclusivamente a trabajar en el proceso de digitalización de los campos.

 

 

 

 

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