Julia López siempre había tenido un sueño: jugar en el circuito americano. La malagueña de 21 años acaba de ganar los derechos de juego para la temporada 2025 del LPGA Tour superando primero la previa y rematando la faena con una actuación brillante en Magnolia Grove Golf Club (Alabama).
La trayectoria de Julia ha ido superando cada meta que se le ha puesto por delante desde que, con cinco años empezara a tomar clases en la Escuela Municipal de Benahavís, el pueblo donde nació y creció. Primero en las categorías inferiores de la Real Federación Andaluza de Golf, luego en la Escuela Nacional Blume y en la selección andaluza y española y por último en Mississippi State University, donde se convierte en la primera ‘bulldog’ en ser nombrada Jugadora del Año de la Southeastern Conference (SEC). Pero el gran hito vendría en julio de 2024 cuando se convierte en número 1 del ranking mundial amateur femenino, desde entonces Julia no ha hecho más que cumplir sueños hasta llegar al LPGA Tour.
Lo primero es darte la enhorabuena por la tarjeta para la LPGA. ¿Cómo viviste ese momento?
Super emocionante. Imagínate, era mi sueño desde pequeña y ver cómo se hizo realidad ha sido para mí, para mi familia y para todo el mundo que me conoce un momento de los que sabes que te van a cambiar la vida.
¿Qué significa para ti la obtención de la tarjeta?
Obviamente es un reto. Ahora tengo que competir con las mejores, pero la verdad es que no me asusta. Tengo ganas de ir a por ello y sobre todo luchar por salir adelante en un circuito tan competitivo en el que espero estar años.
Tu ronda final fue espectacular con 64 golpes. ¿Cuáles crees que fueron los factores clave?
Simplemente sabía lo que tenía que hacer, tenía claro que una ronda de par de campo no me iba a servir porque todo el mundo está jugando súper bien. El campo estaba fácil, estaba mojado y eso para mí es una ventaja porque podía pegarle más largo que las demás. Lo que hice fue mantenerme en el presente, con calma y poco a poco, golpe a golpe y los putts fueron cayendo.
Compartirás circuito con otras golfistas españolas como Azahara Muñoz que también se hizo con la tarjeta. ¿Hablaste con ella?
Sí, hablé con Azahara en la ronda de entrenamiento antes del torneo. Me dijo que para cualquier cosa que le escribiese. Lo mejor fue el último día, ella también tuvo una ronda de menos cinco y cuando terminó nos dimos un abrazo. Me alegré mucho por ella y ahora estamos las dos en el mismo circuito y tener a alguien que conoces, la verdad, es un apoyo.
Dejas atrás la etapa amateur y la universitaria para pasar al profesionalismo del golf. ¿siempre tuviste claro que tu camino pasaba por el LPGA Tour?
Sí, desde pequeña era mi sueño y todo lo que he hecho en mi carrera como amateur ha sido enfocado a conseguir jugar en el LPGA. Todos esos pasos que he dado no han sido fáciles, pero llegar a conseguir lo que tanto has soñado es un sentimiento maravilloso.
Ahora tienes por delante un panorama completamente nuevo. ¿Da vértigo?
No, yo creo que más que vértigo es emoción. Estoy como una niña pequeña a la que le han traído los Reyes Magos la tarjeta del LPGA. (ríe)
Durante tu etapa universitaria, conseguiste grandes logros. ¿Cómo describirías la experiencia de competir en la NCAA y cómo te preparó para el circuito profesional?
Creo que la etapa universitaria es una experiencia que recomiendo a todos los que tengan la oportunidad. Te enseña mucho de cómo funciona el circuito americano y los torneos. También ha sido muy importante para aprender a manejar el día a día, entrenamientos, gimnasio, clases, etc. Allí está todo súper estructurado y eso te lo pone todo mucho más fácil y te ayuda a organizarte.
¿Cuál será la estrategia para esta temporada?
La estrategia aún no está muy definida. Puedo jugar todos los torneos que quiera, así que cuando llegue a la universidad tengo que hacer mi calendario y decidir que torneos jugaré.
¿Qué objetivos personales y profesionales tienes para tu primera temporada en la LPGA?
Para esta temporada aún estoy en mi último año de universidad y ahí tengo trabajo que hacer todavía. En el terreno deportivo yo voy a hacer mi golf independientemente de los torneos que juegue. Obviamente es mi primera temporada, pero siempre me ha parecido importante tener un reto, ponerte una meta por mi gigante que te parezca, y a mí me ha funcionado. Mi próxima meta es ser jugadora Solheim y olímpica, y si por el camino gano algún Major…. (ríe)
¿Qué aspectos de tu juego planeas mejorar para competir al máximo nivel en el circuito?
El juego corto siempre ha sido mi punto más débil, aunque he mejorado mucho en los últimos años. Esa es una parte que tengo que seguir mejorando, los wedges, el approach. Creo que la mejora en estos aspectos del juego es algo que me puede dar mucha ventaja.
¿Cómo te describes fuera del campo de golf?
Pues me definiría como alguien sociable y que tiene los pies en la tierra. Lo que más me gusta es estar rodeada de gente y hacer planes con mis amigos y familia. Simplemente el hecho de irte a tomar algo. sentarte y charlar, eso en Estados Unidos no lo hay y se echa de menos.
El primer año que llegué a Mississippi no hablaba bien inglés y claro, la gente pensaba que era tímida, pero cuando pasaron un par de meses no paraba de hablar. (ríe)
¿Tienes algún hobbie?
Me gusta conducir motos y el cine.
Lo de las motos no es muy compatible con el golf de élite, ¿no?
Bueno, es compatible si lo haces con cabeza
Hablando de cosas incompatibles con el golf universitario. ¿Hay cosas que no puedes hacer? ¿Te han puesto alguna penalidad alguna vez?
No, nunca me han puesto barreras. Soy muy partidaria de que lo que te tenga que pasar te va a pasar, y da igual si vas andando o en una moto. Obviamente es tu decisión hacerlo a lo loco o hacerlo tranquilo. De todas formas, siempre me han gustado los deportes y practicado muchos, de hecho, tuve que elegir entre golf y fútbol.
¿Qué papel ha jugado tu familia en todo este tiempo?
Fundamental. Yo sé que para ellos ha sido una decisión dura, sobre todo dejarme ir con 16 años, pero su apoyo ha sido incondicional. Ha habido momentos complicados porque el golf es bonito cuando se cumplen cosas, no cuando estás en lo peor.
¿Ha habido algún momento en el que has querido tirar la toalla?
No, tirar la toalla nunca ha sido una opción. Para mí, ha sido más la frustración de que no te salen las cosas como tú quieres. Pero no, nunca se me ha pasado por la cabeza dejar el golf.
Y cuando estás frustrada, ¿a qué te agarras?
A mi madre. No tengo ninguna duda de que ella ha sido, es y será mi motor. Cuando tengo un momento malo no busques a mi madre para que te diga que te entiende y te regale el oído. Ella te dice, “¿pero tú para que estás ahí? Si es para cumplir tu sueño entonces espabila” Esto puede parecer duro, pero creo que esa actitud de mi madre me ha dado fuerzas durante años.
Ya llevas tres años y medio allí, eres casi una veterana. Hay muchas niñas nuevas llegando, ¿qué consejo les darías?
Yo creo que cuando llegas a EE. UU, tus expectativas son tan altas como la incertidumbre de no saber lo que va a pasar. Nunca daría un consejo muy específico porque cada persona, cada universidad, cada Estado, es un mundo muy diferente. En general diría que tengan una buena relación con su entrenador y con sus compañeras, que disfruten de la experiencia y que si se equivocan no pasa nada.
Ahora todavía estás en la universidad. ¿Cómo es el proceso ahora que eres profesional?
Aún me queda un año para terminar mi carrera. Básicamente el proceso es que ellos me ayudan a terminar los estudios, pero ya no soy parte del equipo universitario. Ahora sólo jugaré los torneos profesionales que yo elija, por lo demás todo seguirá igual, las clases, la misma residencia, sólo que ya no compito con ellos.