Un festival español electrizante para abrir boca, un récord del campo igualado emulando las extraordinarias hazañas de Severiano Ballesteros y Eduardo Romero en la edición de 1991, una gran afluencia de público que hace presagiar auténticas oleadas durante las jornadas venideras…, el Mutuactivos Open de España se ha estrenado auténticamente a lo grande.
El noruego Kristian Johannessen, al filo de las tres de la tarde, se encaramó a lo más alto de la clasificación con una propuesta inalcanzable de 63 golpes, ocho bajo par mediante 7 birdies, un eagle y un mínimo tropiezo en el hoyo 16 que imitaron las sensacionales actuaciones de Severiano Ballesteros y Eduardo Romero en la primera y en la segunda jornada de la edición de 1991.
El golfista nórdico, de 24 años, instalado en el acierto en su vibrante irrupción en el Club de Campo Villa de Madrid, muestra un currículo deportivo huérfano de victorias en el European Tour, una carencia de referencias que provocó que su gesta se produjese casi en el anonimato.
No en vano, los muchísimos aficionados que acudieron al mítico recorrido madrileño se afanaban con presteza por ocupar los mejores lugares en el partido protagonizado por Adriá Arnaus, Jon Rahm y Rafael Cabrera-Bello, un sensacional conglomerado de buenas acciones que generó desde el principio una intensa corriente de pasión.
Los tres españoles, todos a una, ofrecieron un espectáculo maravilloso donde el intercambio de acciones positivas se convirtió en una constante. Lejos de amilanarse ante la presencia de jugadores con galones bien dispuestos, Adriá Arnaus exhibió su conocida alegría y espontaneidad para ponerse con descaro por delante, cuatro birdies y un eagle en los nueve primeros hoyos que le catapultaron hasta lo más alto de la clasificación, finalmente segundo clasificado a dos golpes del citado Kristian Johannessen.
A escasa distancia pero a rebufo, Rafael Cabrera-Bello y Jon Rahm respondían con propuestas igualmente espléndidas, convirtiendo el partido en un excitante concurso de birdies. El canario, simplemente perfecto, acabó la ronda con 5 bajo par, desprovisto de errores, mientras que el vasco respondía con idéntica fuerza mediante una vuelta cercenada mínimamente por un bogey en su noveno hoyo ampliamente compensado por seis birdies.
Por si fuera poco espectáculo, la exitosa igualdad se rompió a favor de Adriá Arnaus en el último hoyo, un nuevo birdie del barcelonés como colofón a una actuación conjunta memorable.
El relato principal ya estaba escrito, pero los aficionados, ávidos de espectáculo, trasladaron de inmediato su atención, ya por la tarde, a otros partidos asimismo muy interesantes, donde Miguel Ángel Jiménez, Sergio García, Adrián Otaegui, Samuel del Val, Eduardo de a Riva y tantos más seguían ofreciendo magisterio, puntos de atracción alternativos en un torneo que, instalado en el festival español, ha comenzado a lo grande.