Bryson Dechambeau se graduó en física en la SMU (Southern Methodist University) de Dallas y es conocido en el circuito americano como “el científico del golf”. Hijo de uno de los mejores jugadores amateurs californianos, Bryson probó hasta 20 swings distintos durante su etapa universitaria sin acabar de encontrarse cómodo con ninguno hasta que un día encontró un libro de geometría aplicada escrito por un ingeniero aeronáutico, Homer Kelley, titulado “The Golfing Machine”. Este es el principio de cómo un estudiante de física ha revolucionado una buena parte de las leyes de la física aplicadas hasta la fecha al golf y de cómo ha conseguido atraer la atención de propios y extraños fabricando unos palos de golf inspirados en la filosofía revolucionaria de su swing.
Pequeños cambios, grandes éxitos
Y es que su inconformismo le llevó a hacerse una pregunta: “¿por qué no puedo repetir el mismo swing con todos los palos? Sería todo más fácil, ¿no?”. A partir de ahí se puso a trabajar en ello y utilizando como inspiración el libro de Homer Kelley, decidió poner a todos sus hierros la misma longitud, la del hierro 6, pero ahí no acaban sus decisiones. El californiano modificó el ángulo de la varilla respecto a la cara del palo, lo que significa que su varilla sale muy vertical, lo que le hace situarse siempre muy cerca de la bola y tener ese característico swing.
Por otro lado, también está el llamativo grosor de su grip, que se parece más a la empuñadura de una raqueta de tenis que a la de un palo de golf. A todo esto, hay que sumarle que Dechambeau pasó en 2016 a firmar con la prestigiosa firma de pelotas, palos y accesorios de golf Premium Bridgestone y en su debut como profesional salía al campo por primera vez usando la bola y los guantes Tour B330-S.
Con todos estos cambios, los resultados no tardaron en aparecer y en 2015 se convertía en el quinto jugador en la historia en ganar el mismo año los títulos del US Amateur y de la NCAA (National Collegiate Athletic Association), uniendo así su nombre al de Jack Nicklaus, Phil Mickelson, Tiger Woods y Ryan Moore e indefectiblemente al de la historia de golf.
La cuestión ahora es si veremos a Bryson Dechambeau y a su golf de laboratorio cambiar un deporte en ocasiones demasiado inmovilista. Desde luego, lo que no imaginamos nunca es que la revolución vendría de la mano de la ciencia.