Al sur de la Bahía de Cádiz, bañada por las aguas del Atlántico y rodeada de marismas, Chiclana de la Frontera se ha convertido en un importante enclave turístico. Playas de arenas finas, campos de golf, senderos, gastronomía, espacios naturales, patrimonio, una completa programación de ocio y cultura y sus modernas infraestructuras, hacen que la estancia del viajero se convierta en una experiencia inolvidable.
La Barrosa y Sancti Petri, con sus 8 kilómetros de playas de arenas blancas y textura suave, su mar azul y limpio, y sus completos servicios han hecho que dispongan de los galardones más prestigiosos. Estas playas se encuentran rodeadas de salinas y abundantes zonas verdes de pinares, de alto valor ecológico, que merecen una visita pausada al atardecer, momento del día que también resulta ideal para participar de las románticas puestas del sol que ofrece la costa chiclanera. Puestas de sol que son una auténtica maravilla de la naturaleza, donde el resplandor del sol de poniente va desapareciendo deslizándose sobre la silueta del islote de Sancti Petri, donde se sitúa el famoso Castillo de Sancti Petri. Este lugar mágico, estampa emblemática de Chiclana, está plagado de leyendas e historia, pero sobre todo ha sido testigo del paso de varias civilizaciones. Uno de los santuarios más importantes de la Antigüedad, el famoso templo dedicado a Hércules (Melkart) se encontraba asentado en este lugar.
La belleza de sus playas y sus innumerables actividades no ensombrecen sus atractivos históricos. Por ello resulta imprescindible para el visitante sumergirse en el casco urbano del municipio, y realizar un paseo placentero para conocer su rico y variado patrimonio cultural: la Iglesia de San Juan Bautista, bello ejemplo del neoclásico, el Arquillo del Reloj, la Iglesia y convento de Jesús Nazareno, cuya portada barroca, genovesa, de mármol de Carrara, es una de las más bellas de la provincia, la Iglesia de San Sebastián, que ha sufrido numerosas ampliaciones, las últimas le han dado la imagen de un edificio neogótico.
Este paseo por el rico y variado patrimonio chiclanero podría terminar en otra de las imágenes representativas de Chiclana: la Ermita de Santa Ana, obra de la segunda mitad del siglo XVIII, es visible desde toda la comarca, dada su altura sobre la ciudad, lo que la convierte en un magnifico mirador desde el que se disfruta de unas impresionantes vistas. Completa esta visita cultural sus tres museos: el Museo de Chiclana, el Museo Municipal Taurino: Francisco Montes Paquiro y el Fábrica Museo Muñecas Marín.