Carlota Ciganda ha completado su particular círculo victorioso en el Estrella Damm Mediterranean Ladies Open celebrado en el Club de Golf Terramar de Sitges. Era la única carencia que tenía en nuestro país: ganar un torneo del Ladies European Tour.
Campeona de España Benjamín en 2000 con 10 años, la navarra se impuso después en todas las categorías, desde Infantil a Absoluta, incluyendo además el titulo de campeona de España Profesional en 2012.
Siete años después, Ciganda sonríe tras adornar su currículo con unas gestas deportivas que nadie ha conseguido en nuestro país.
Nada decidido hasta el final
Con dos Solheim Cup y cuatro victorias en el LET, la navarra tenía dos golpes por detrás de la alemana Laura Fuenfstueck al comienzo del último día. Era una oportunidad de oro para ampliar su currículo de hazañas. La germana, ejemplo de solidez durante tres jornadas, se deshizo como un azucarillo en cuanto vio pisar el tee de salida a Carlota Ciganda, acompañada por su legión de seguidores.
Fuenfstueck envió la bola fuera de límites en su primer golpe y en el hoyo 2 encadenó tres golpes defectuosos, con la misma condena en ambos casos: sendos dobles bogeys.
Ciganda pasó a dominar la clasificación con cierta ventaja, que incluso se fue ampliando conforme se sucedían los hoyos. La navarra afinaba su putt y sus rivales de partido se enmarañaban en muchos de los puntos más complicados del bello recorrido de Sitges.
No obstante, ni Laura Fuenfstueck ni la finlandesa Sanna Nuutinen constituían el verdadero peligro, que llegó de otra alemana, Esther Henseleit, recién estrenada en el número 1 del Ranking del Ladies European Tour.
Bien posicionada pero agazapada en la mitad de la jornada, Henseleit presentó su candidatura a la victoria gracias a cinco birdies en siete hoyos, del 7 al 13, que la ubicaron en el foco de todas las miradas.
Emoción e incertidumbre en el Golf Terramar de Sitges
La emoción y la incertidumbre se instalaron sobre las calles de Golf Terramar, toda vez que la serenidad de Carlota Ciganda se contagió de algunos atisbos dubitativos –bogeys en los hoyos 11 y 13 minimizados por un gran birdie en el 12– que estrechaban la diferencia a apenas un golpe.
Con esa renta afrontó Ciganda sus cinco últimos hoyos, con referencias continuas al partido anterior, en el que jugaba Esther Henseleit. Sin embargo ninguna de ellas pudo mover su casillero ni a favor ni en contra. Con la tensión a flor de piel, sendos cinco pares consecutivos generaron, una vez que la española rubricó su último hoyo, una electrizante corriente de admiración.