Bubba Watson y Jordan Spieth lideraban el Masters a falta de dieciocho hoyos con tan solo un golpe de ventaja sobre sus rivales más directos. Watson ya sabía lo que era ganar en Augusta y estar entre los mejores en otros majors. Spieth, con veinte años y nuevo en estas lides, optaba a ser el jugador más joven en ganar el Masters.
El comienzo de la jornada para el joven Spieth parecía más favorable. Con un juego muy maduro conseguía embocar cuatro birdies en sus primeros siete hoyos superando obstáculos de arena y greenes muy rápidos, como mandan los canones del Augusta National. Su actuación en el séptimo hoyo hizo que la nueva promesa del golf norteamericano se ganara el favor de espectadores y medios, además de situarse como líder con dos golpes de ventaja sobre Watson.
El par cinco del hoyo ocho le reservaba una sopresa a un eufórico Spieth. Una salida correcta desde el tee y un segundo golpe que situaba su bola a la derecha del Green a unos ocho metros del hoyo y con caída. Un golpe claro para Jordan, que no preveía la parada en seco que sufriría su bola después del putt sobre un green que días atrás tenía una velocidad endiablada. También fallaría su segundo putt y saldría del octavo hoyo con un bogey en su tarjeta.
Bubba, firmaba birdie y volvía a coliderar un Masters que prometía expectación hasta el final. El noveno hoyo sería una repetición del anterior, donde a Spieth no le salían las cosas como quería a pesar de tener una ejecución perfecta en cada golpe. De nuevo bogey para Jordan y birdie para Bubba, que se alzaba en solitario con dos golpes de ventaja.
En el hoyo trece, y como es habitual en el juego de Bubba Watson, este reventaba la bola desde el tee con un golpe que enviaría su bola a 334 metros a la calle. Un nuevo birdie y tres golpes de ventaja sobre su joven compañero de partido que por momentos parecía abatido y en otros nervioso, y es que, a pesar de su increíble juego en las tres jornadas anteriores, continúa siendo un chico de 20 años y un novato en uno de los campeonatos más duros del año.
Los restantes hoyos fueron dominados por Bubba Watson que adaptó el Augusta National a su juego. Tres golpes de ventaja y la experiencia del zurdo estaban drenando al major todo el interés que se despertó en el hoyo siete. Watson volvía a enfundarse la mítica chaqueta verde dos años después de que lo consiguiera por primera vez.