Rickie Fowler pegaba por tercera vez, pero ya definitivo, el primer golpe oficial del año en Maui para dar inicio al Hyundai Tournament of Champions que llevaba tres días de retraso. El viento estaba presente en forma de brisa que añadía una pequeña dificultad a un campo largo pero accesible y que es uno de los más «fáciles» y donde se consiguen algunos de los resultados más bajos del PGA Tour.
En un campo como el de Kapalua, son los pegadores los que tienen la ventaja en hoyos que siendo par 5 se pueden recortar a dos golpes. Pero ayer no solo era cuestión de potencia, si no también de resistencia. Se disputaban 36 hoyos, debido a la suspensión de los tres días anteriores, pero eso no parecía problema para el «cañonero» Dustin Johnson, recientemente fichado por Taylor Made y RocketBladez, que solo falló en tres greenes muy lentos, dos de ellos tri pateando a menos de 8 metros. 3 bogeys de 36 hoyos disputados el mismo día es un muy buen resultado, sabiendo también que estrenaba material.
Pero como hemos dicho, el verdadero trabajo en este campo es desde el tee. Johnson daba cuenta de dos pares 4 con el driver, y arrebataba al campo seis birdies en los ocho pares 5 que tuvo que jugar. Y para dar muestra del buen momento de Johnson, el hoyo 18 que completó con dos golpes de su hierro 5, firmando un eagle que le ponía a tres golpes de sus rivales. Bubba Watson, su compañero de partido y otro golpeador por excelencia, estaba asombrado por el juego de Johnson.
Watson se encuentra con menos siete, Bradley y Snedeker con menos seis. Stricker, defensor del título está en segunda posición, con menos ocho. Stricker disputó sus 36 hoyos con dolores de espalda, lo que dificultó su juego. No se sabe realmente el alcance de la lesión, pero disputar el doble de hoyos de lo habitual con el nervio ciático o una vértebra causando dolor y estar en segunda plaza de la clasificación es bastante meritorio para este veterano.