Hace ya algunos meses tuvimos la ocasión de conocer información positiva y relevante sobre el progreso de la economía de España y de la zona Euro. Tanto el INE como el Banco de España confirmaron que el la economía española creció un 0,1% en el tercer trimestre de 2013. Posteriormente y ya en 2014 el producto interior bruto (PIB) engordó un 0,5% en el segundo trimestre del año respecto al primero. En el conjunto de los últimos 12 meses, el crecimiento ha llegado al 1,1%, el doble que el interanual del primer trimestre (0,5%).
Supone este avance el mayor impulso en seis años y ha llevado al Banco de España a revisar al alza sus previsiones para 2014 y 2015.
Se ha puesto fin de este modo a un largo período de recesión que ha durado más de dos años. Este tenue crecimiento del producto interior bruto ha venido motivado por una acentuación del consumo, y también de los bienes de equipo y de las exportaciones, que han compensado levemente las caídas en la obra civil y en la construcción de viviendas.
La inflación está también bastante controlada, incluso los últimos datos apuntan a un descenso todavía mayor en los índices de precios a los registrados en los últimos trimestres. Esta tendencia es una magnífica noticia para nuestra economía, ya que menores precios significan un mayor poder adquisitivo para la mayoría de la población consumidora, a la vez que un aumento de competitividad para las exportaciones.
En cuanto a la competitividad, su mejora fue también un hecho en 2013 (saldo positivo de más de 2,500 millones de euros, es decir, el 0,6% del PIB) aunque los últimos datos del Banco de España en 2014 nos indican que el déficit por cuenta corriente se situó en mayo en 0,6 miles de millones de euros (mm), frente a un superávit de 2,4 mm en el mismo mes de 2013.
Por otra parte la balanza de servicios (indicador fundamental para el mercado inmobiliario) acumuló en el mismo período de 2013 un superávit de más de 26,000 millones de euros, un 5% mayor que en el mismo período del año 2012. En 2014 los datos mantienen la misma tendencia y se ha visto reflejado en el repunte del sector de la construcción (en el sentido de descensos más bajos comparados con los años anteriores).
Estas buenas cifras son un efecto, principalmente, del crecimiento del saldo positivo del sector turístico. Desde principio de 2013, los ingresos por turismo alcanzaron más de 30.000 millones de euros, lo que supone un aumento de más del 3% con respecto al mismo periodo de 2012. En particular el turismo de golf ha logrado las mejores cifras del último lustro en Andalucía, lo que confirma la recuperación económica de uno de los segmentos más rentables para nuestra Comunidad.
De otro lado el Ministerio de Economía informó también al inicio a finales del año pasado que España recibió un 4,6% más de turistas que en el mismo período de 2012 lo que ratifica el estado de salud de nuestro turismo exterior, un sector que no podemos olvidar tiene un peso del 12% de nuestro producto interior bruto, no sólo por su capacidad para generar empleo, sino muy especialmente por su contribución al equilibrio de la balanza de pagos.
Todos estos datos que he referido, no cabe duda que van a tener un efecto positivo, aunque gradual y tenue, en el castigadísimo sector inmobiliario.
El mercado de las residencias de lujo ha resistido los años de recesión, en contraste con el de otras tipologías de vivienda, con bastante buena salud, bien es verdad que ayudado por algunos factores externos como las reformas legislativas fiscales e hipotecarias, en algunos países de nuestra competencia.
Tal y como puso de relieve un informe de CHRISTIES Real Estate de marzo de este año, “el mercado de viviendas de lujo se mantiene aislado de los flujos de dinero y los cambios políticos, ya que éstas preocupaciones son menos propensas a determinar la compra de una casa-trofeo para la población “UHNW” de todo el mundo. Hoy en día hay más millonarios que antes de la crisis global de 2008 y el número de millonarios en el mundo ha crecido más del 55 por ciento desde el año 2000”.
Así mismo el documento publicado por el Fondo Monetario Internacional, “Managing Real Estate Booms and Busts” en agosto de 2012 observó: “Real estate is an important, if not the most important, storage of wealth in the economy. Additionally, the majority of households tend to hold wealth in their homes rather than in equities.”
Es también un hecho que algunos mercados emergentes para el sector de residencias de lujo, especialmente el escandinavo y en menor medida el árabe y el ruso, han contribuido decisivamente a la resistencia de nuestro sector.
Creo, no obstante, y así lo han puesto de manifiesto los últimos datos del sector turístico en nuestra área de influencia, que los mercados tradicionales (británico, alemán y escandinavo) van a seguir tirando de la demanda y por tanto hemos de concentrar nuestro esfuerzos en ellos para evitar que tengan éxito las políticas comerciales de otros mercados de la competencia. Es cierto que hay que explorar y trabajar a conciencia los mercados emergentes pero no es menos cierto que el volumen de éstos será difícil que pueda siquiera aproximarse a los ya habituales. En el caso concreto del mercado chino y del sureste asiático, del que tanto se escribe últimamente, mi opinión personalísima es que, con independencia de los puntuales compradores de segundas residencias que puedan producirse gradualmente, son las operaciones corporativas las que tienen más posibilidades de relacionarnos con los clientes y el capital de estos países.
No obstante, si verdaderamente queremos fructificar el potencial de crecimiento de la economía española hay que continuar haciendo reformas estructurales y legislativas que faciliten, o al menos que no dificulten las posibilidades de inversión de los clientes extranjeros.
En ese sentido, tuve la oportunidad en septiembre de 2013 y posteriormente en junio de este año de reunirme con el Secretario de Estado de Comercio y ponerle de manifiesto algunas de las dificultades con las que se encuentran los potenciales compradores de residencias de lujo al invertir en España.
La inseguridad jurídica producida por la deficiente legislación sobre prevención de blanqueo de capitales, las dificultades burocráticas respecto al NIE y los permisos de residencia, todas las gestiones locales relacionadas con Urbanismo y Obras y también las nuevas obligaciones fiscales de los residentes son algunas de las cuestiones que tratamos en dicha reunión y sobre las que esperamos una acción decidida del gobierno que, mediante sus reformas, impulse un sector que tantos beneficios (económicos, tecnológicos, de diseño y de sostenibilidad), aporta a los ecosistemas local, regional y nacional.