Harang Lee, Ana Sanjuán, Ainhoa Olarra, Nuria Iturrios, Mario Galiano, Pablo Carriles, Carlos Leandro y las nuevas incorporaciones de Celia Barquín, Covadonga Sanjuán, Manuel Elvira, Iván Cantero y Jorge Utrilla constituyen la promoción 2012-13 de golfistas que ha comenzado a trabajar en la Escuela Nacional Blume de Golf.
Por octavo año consecutivo los entrenamientos diarios se realizarán en el Centro Nacional de Golf ubicado en Madrid, una de las múltiples finalidades para las que fue concebido.
Preparación técnica –a cargo de Salva Luna, Kiko Luna y Marta Figueras-Dotti, que se reparten chicos y chicas respectivamente bajo la coordinación del primero– física y psicológica, estas dos últimas parcelas bajo la responsabilidad de Francisco Fernández y Óscar del Río, completan el exhaustivo programa de trabajo, todo ello al tiempo que estudian y sacan adelante sus respectivos cursos merced a una distribución horaria que compatibiliza ambas actividades, un sólido equipo que se completa con Ignacio Gervás, Laura Moreno y Fran Parrón como director técnico, coordinadora y técnico colaborador de la Escuela Nacional Blume de Golf, respectivamente.
El planteamiento vuelve a ser, un año más, unidireccional: formar buenas personas y deportistas gracias a un plan de actividades desarrollado en instalaciones punteras que permiten la práctica del golf al más alto nivel.
Estas becas están dirigidas en exclusiva a jugadores jóvenes que tienen, según los criterios técnicos de la RFEG, una proyección deportiva relevante, teniendo muy en cuenta que para la renovación de las citadas becas es imprescindible que el alumno supere el curso lectivo.
Asimismo, todos los integrantes de la Escuela Nacional Blume asisten diariamente a sus clases correspondientes, como cualquier otro alumno, en un centro concertado especializado que permite compatibilizar horarios con los entrenamientos técnicos matinales (de 11:00 a 14:00 horas) y físicos vespertinos.
Para mantener el tono competitivo al más alto nivel, la RFEG promueve que estas jóvenes promesas participen todos los fines de semana que se pueda en diversas competiciones. Además, todos ellos son sometidos a un exhaustivo reconocimiento médico y psicológico, cuyos resultados y posibles tratamientos o cambios en la dieta, para obtener un mayor rendimiento a todos los niveles, son comunicados a sus familias.