Idéntico resultado que el Deutsche Bank (-20) para el triunfo de McIlroy en el BMW Championship, con una vuelta final de 67 golpes, a dos golpes de la segunda posición, imponiéndose a un gran plantel de jugadores con unos números increibles que que garantizaban practicamente su victoria.
Lee Westwood y Phil Mickelson fueron de los pocos que pudieron seguir el ritmo de un McIlroy inconmensurable, que daría una vuelta de tuerca más en el hoyo 16, con su sexto birdie del día. Pero no todo fue un camino de rosas para el joven norirlandés. En el noveno hoyo, eran cuatro los jugadores que compartían liderato con -17. No es muy cómodo compartir puestos de cabeza con algunos de los mejores jugadores de golf del mundo y que pueden aguar la fiesta en cualquier momento. Eso debió pensar Rory, quien a la altura del hoyo 13 se había «sacudido» a dos de sus compañeros de puesto, y veía que Westwood aún luchaba por un trofeo que debía ser suyo.
Tras el birdie del 16, un chip de Rory en el 17 que quedaba corto, volvía a dar un pequeño respiro para la esperanza de Westwood, que fue rápidamente atajado por el putt del número uno del mundo.
Pete Dye, diseñador del recorrido de Crooked Stick que ha albergado el torneo, esperaba a McIlroy en el green del hoyo 18, donde el joven firmaría un bogey que no restaba lo más mínimo a su actuación, para felicitarle por la victoria.
Estas dos victorias consecutivas en el PGA Tour, Deutsche Bank y BMW Championship, son la prueba más fiable para ver y saber que Rory McIlroy está a otro nivel golfístico en estos momentos, recordando a otro gran jugador sorprendió a todos hace unos años, Tiger Woods.
McIlroy alzándose con el trofeo del BMW Championship ha conseguido emular dos marcas del californiano; ganar dos playoff de la FedEx en la misma temporada y conseguir dos victorias consecutivas.
Además, el norirlandés consiguió ganar su segundo Major, el PGA Championship, con menos edad con la que lo consiguió Woods.