La Organización Mundial del Turismo calcula que el número de turistas en todo el mundo caerá entre el 1% y el 3%, frente al alza del 4% que se esperaba para este año. ¿Cómo cree que afectará esto al golf?
Asumo que esas cifras deben ser de hace algunas semanas. Ante el panorama actual nosotros no podemos evitar ser bastante pesimistas. Creo que muchos ya hemos ido interiorizando poco a poco que lo que nos parecía unas semanas primero, y unos meses después, se puede convertir en un período muy largo de incertidumbre y crisis profunda del sector. El turismo fue el primer afectado y me temo que será de los últimos en recuperarse.
¿Crees que la industria del golf se verás, más o menos afectada que otros sectores?
Creo que los campos de perfil puramente comercial van a sufrir un año muy duro. Aquellos de carácter más social y para público local, seguramente se resientan menos o incluso puedan crecer. La gran incógnita es ya, si se podrá salvar algo de la temporada alta de otoño en Costa del Sol, Costa Blanca o Islas.
Las reservas en España caen un 30%y se multiplican las cancelaciones, ¿qué política de cancelaciones está llevando su compañía?
Estamos haciendo lo posible por convencer a todos los clientes en aplazar sus reservas. De hecho, en determinados periodos le bonificamos con un descuento si lo hace. Al resto, dependiendo de la situación, gestionamos la devolución cobrando solo un fee de gestión por gastos administrativos. Nuestra situación financiera es sólida y por el momento podemos permitírnoslo, aunque en determinados casos la nueva normativa nos ampara para hacer las devoluciones en forma de certificado válido un año.
¿Cómo está encarando tú empresa esta crisis y que medidas está tomando?
Como todos, como podemos. Siempre hemos sido una empresa muy digitalizada y salvo en algunas áreas el trabajo en remoto estaba ya planteado y no ha supuesto tanto esfuerzo adaptarse. A día de hoy todo el equipo trabaja en remoto, conectados a nuestra centralita y sistemas de gestión documental.
El miedo irracional, las medidas extremas y la psicosis colectivas pueden ser peor que la propia enfermedad. Algún mensaje de tranquilidad ante la crisis.
La situación es nueva para todos y es normal que exista gran incertidumbre sobre lo que nos depara el futuro. Nos queda la esperanza de que igual de repentino que llegó, alguna solución haga que en unos meses podamos convivir con la infección sin tener que paralizarlo todo, pero es más probable que lo que tengamos es que aprender a convivir con ello y adaptarnos. Habrá que mirar lo que se avecina como una época de oportunidades y de profundos cambios.