Con seis golpes de ventaja salía Na Yeon Choi en el último día del US Women’s Open. Una ventaja amplia a falta de cumplir 18 hoyos que en los anteriores día parecía conocer a la perfección. Pero el golf es un deporte donde cada hoyo cuenta, donde el campo te pone en tu sitio y es un deporte donde no puedes confiar y relajarte por mucha distancia que haya en la tabla entre tú y tus perseguidoras. Choi aprendería de nuevo esta lección en esta jornada.
Y los dioses del golf decidirían que el momento clave fuera el hoyo 10. Tras pasar los nueve primeros hoyos sin problemas y llegar al tee del 10 con una ventaja sobre Amy Yang, su más inmediata perseguidora, de cinco golpes, todo empezaría a torcerse. La líder surcoreana mandaba su bola a la izquierda en un hoyo complicado por sus obstáculos de agua. No se supo más de esa bola que ni tan siquiera sobrevoló la calle, por lo que los árbitros decidieron situar a Choi otra vez en el tee para que diera su tercer golpe. El 10 le supondría un triple bogey y estar a dos golpes de Yang.
El 11 le serviría a la surcoreana para resarcirse de su anterior error. Un birdie que volvía a encauzarla en el juego y la daba paso a otro hoy de pesadilla. Esta vez, la salida sería correcta, encontraría calle, pero su segundo golpe mandaría la bola de nuevo a la izquierda del green. Rodeada de hierba alta y arbustos, Choi decidió aprochar y embocar tras un putt de 8 metros. Solventó el hoyo al par, pero no sin dificultades.
Ahora, Yang y Choi llegaban a la bestia negra del recorrido, el hoyo 13, donde varias jugadoras vieron caer su ánimo, como fue el caso de Lexi Thompson que firmaría un triple bogey al enviar su bola a un obstáculo de agua que parecía ser un imán para las bolas durante todo el torneo.
Y ese imán volvería a actuar, no con toda precisión, pero con la justa medida para dar un último susto a Choi. Golpeaba la bola y esta iba directamente al borde del «lago» compuesto de rocas, donde la bola botaría con toda la fortuna para la surcoreana de salir dirección al green cayendo en el rough en vez de retroceder por el impacto y caer al agua.
El siguiente sobresalto se lo llevaría cuando sus compatriotas la rociaban en champán al alzarse con la victoria.