Lo acontecido en el Fedex St. Jude Classic en la última jornada, en el último hoyo, es un claro ejemplo de la singularidad del golf. Rory McIlroy y Chad Campbell llegaban al 18 compartiendo el liderato con Dustin Johnson con ocho bajo par. Era el último hoyo y la última oportunidad de superar al campo y a sí mismos para alzarse con la victoria en un hoyo que se había cobrado numerosas víctimas durante todo el torneo pero especialmente en esta ronda final. A la izquierda, un lago, a la derecha, un surtido variado de bunkers. No es ni por asomo un hoyo fácil. Y el norirlandés McIlroy y el norteamericano Campbell dieron muestra de ello con sendas salidas directas al agua. La presión, la búsqueda de una victoria rápida… ¿Quién sabe?
De este fallo por parte de los colíderes supo sacar partido el joven Dustin Johnson. No iba a cometer el mismo error que sus competidores y fue al juego de libro. Buscar la calle, enfilar hacia el green y embocar con el putter, aunque fuera al segundo intento. Así, el TPC Southwind fue testigo de la sexta victoria del PGA Tour en los cinco años de carrera profesional de Johnson, que hizo su reaparición en The Memorial tras tres meses de baja por una lesión de espalda y que parece ir, paso a paso, confirmándose como una promesa del golf americano. Seguro que esta victoria motiva al jugador que formará parte del equipo estadounidense de la Ryder Cup 2012 lo suficiente como para encarar el US Open con opciones al alzarse con el segundo major del año, donde veremos si McIlroy no se verá afectado por el varapalo del 18 en el FedEx St. Jude Classic, si Westwood impondrá el ritmo mostrado en Suecia, si Tiger continúa en su obsesión por batir los records de Nicklaus o si Sergio García presenta batalla y se alza con su primer major de su carrera.