Jason Day conseguía al fin su ansiado sueño profesional, ganar su primer major, y nada mejor que hacerlo a lo grande; el australiano se hace con el trofeo Wanamaker y el cheque de 1,8 millones de dólares del PGA Championship batiendo el record del mejor resultado en un major con -20 sobre la hierba del Whistling Straits . Ganar y pasar a la historia del golf; un fin de semana perfecto para Jason Day.
Jason Day comenzaba la jornada final con dos golpes de ventaja sobre su rival más directo, Jordan Spieth. Una ventaja que, frente a un jugador del nivel demostrado por Spieth en los majors disputados esta temporada no era seguro de victoria, y más conociendo la intención del norteamericano de pasar a la historia como el primer golfista en ganar los majors estadounidenses en el mismo año . Por ello, el asutraliano no se relajó ni un segundo, con cuatro birdies y ni un solo error en sus primeros siete hoyos.
El bogey en el ocho manchaba la tarjeta de Day, pero no desfallecía y recuperaba en el hoyo once, con un nuevo birdie que lo acercaba a la victoria del PGA Championship. Mientras, Spieth no tiraba la toalla y a pesar de los 2 bogeys en el hoyo cuatro y en el nueve, el ahora actual número uno del mundo, firmaba seis birdies en sus 18 hoyos para un total de 68 impactos para recorrer el Whistling Straits.
Jason Day, con un nuevos birdies en el 14 y el 16, y un bogey en el 15, llegaba al tee del hoyo 18 con una ventaja de tres golpes, a sabiendas de que el PGA Championship era suyo, a no ser que se produjera una estrepitosa debacle en su juego. Algo que no ocurriría, para alegría de Jason Day, que no podía retener sus lagrimas al embocar su bola en el green del 18 y abrazar a su caddie y entrenador, Colin Swatton.